El tamborín conservador y la chifla socialistas, en plan autonómico

La chifla leonesa naturalmente, para la ocasión, la de León solo, Región Leonesa sola, la empezó a tocar el alcalde legionense, no ha mucho, en ondas nacionales con apuntes de virtuoso. La anticipación de las elecciones autonómicas parece que le han llevado a reservar el instrumento cuya melodía nos sonaba pero que muy bien a los leoneses, un soplo de aire favorable para lo nuestro. Me temo que esta pose, de forzada quietud, rebajando el diapasón bien sonante, quede como imagen congelada de vídeo hasta las próximas elecciones, las municipales, cuando a hechos consumados toque proceder… ahora el ahormado estado político aconseja esperar.

El mensaje en favor de la autonomía para la región leonesa, sería ahora momento bastante más que oportuno proseguirlo, ¡recordar y comparar!, mas, lo sé, es mucho pedir, precisamente cuando políticamente todos nos prometen lo mejor, y sabido es que para nosotros, encerrados en la «leonera», lo bueno, lo justo y cabal es marcharnos de donde no debimos dejar nunca que nos metieran.

Debería aparecer la verdad imperiosa del daño socioeconómico que nos viene causando el ente autonómico, sus dirigentes, sabiendo que para nada es un juego caprichoso la liberación territorial y ciudadana leonesas. Pero cuando se entrecruzan poderes que silencian los sentimientos, o cuando éstos son de superior rango al tolerado por los más altos dirigentes partidistas, ante el dedo índice que sella los labios más como amenaza que gesto, casi todos los políticos subordinados pasan a un forzado marasmo. Entran así en la fase colaboracionista, en la que sin ingenio alguno tratan de justificarse soltando ambigüedades, prolegómeno cierto de la perversa intención de borrar al pueblo leonés, con dejadez imprudente.

Nosotros, muy buena parte de los que nos consideramos pueblo leonés, habíamos entrado en momentos de renovación de euforia leonesista, o de viveza del «ser leonés» fluyente, ¡ambas revitalizadoras por igual!, que surgieron bien expresivas, como acompañamiento a la moción consistorial de reclamación y puesta en valor reivindicativa de la Región Leonesa, ¡libre!, fuera del ente autonómico. Sin olvidar el eco aprobatorio en cadena que aún continúa en otros municipios que muestran acompañamiento, tras la oportuna meditación de alcaldes y ediles que marcan un buen camino, al margen de su ideología política.

En plan político socialista, quien manda en la provincia de León, es Cendón, sin que muestre ni el más leve punto de reflexión de hacia dónde van empujando a los leoneses con la intransigente postura que le lleva a no escuchar dentro de la «casa socialista», y mucho menos fuera de ella. En atención a esto, me asalta una duda: Si Cendón toca el pandero, ¿espera, o exige, que nuestro alcalde socialista y legionense baile a su ritmo?

Aun cuando vaya con buena dosis de retórica todo esto y con instrumentos musicales, no estaría mal que percutiera el templado cuero de uno cuadrangular de Laciana, por aquello de llevar incorporado lo del Valle de la Libertad, a ver si algo «se le pegaba». Libertad entendida como autonomía personal para elegir actuación y camino, sin engaños partidistas u obediencia ciega con premio en listas. Y en mayor escala poder optar a la libertad autonómica, la que a los leoneses, en forma de «razones, mapas» y fullerías. se nos sigue negando.

La actuación de «nuestros» políticos, ¡atención!, de ambas manos ideológicas, siempre en plan colaboracionista, nos va dejando cada vez más desvalidos, sin proyectos de afianzamiento y mucho menos de expansión, sin dineros, despersonalizados, al albur socioeconómico que al ente autonómico designa.

Hay en el PP leonés quien se empeña en tocar con la mano derecha el tamborín del «leonesismo útil», ¡claro el de estar en el ente autonómico! Un suave y adormecedor repique al que seguir hasta la urna, la de nuevo amarre a lo castellanoleonés, un amasijo con el que no nos podemos identificar, tan intolerable como dañino a nuestros intereses leoneses. Nos colocan a Suárez-Quiñones como «el mejor leonesista». Ahí es nada. Desconocemos en León sus méritos, incluso como Consejero autonómico absorbido por el ente.

En el leonesismo político, o mejor actuante en política, hoy en UPL, no hay única ideología. Para su fin, no perder la Identidad Leonesa, salir de la actual autonomía e ir por la que la Constitución nos avala, ¡no la necesita! Razones de sentimiento sí: leonesismo, el mejor de los congruentes.

Recapacitemos en nuestra condición de leoneses, ya sea desde el sentimiento leonesista: amor. La cualidad leonesidad: ser. O contemplando la raíz común, «ser leonés», cual estado de conciencia del que fluye un compromiso cierto que no debemos eludir; creo que a fuer de ser sinceros, lo razonable es que tengamos todo ello en cuenta a la hora de llevar el voto a la urna autonómica.