El límite de temperaturas no debe aplicarse en las instalaciones de autoconsumo fotovoltaico
Llevamos mucho tiempo intentando impulsar la energía solar fotovoltaica por unos u otros medios. Hace años con altísimos incentivos, ahora con innecesarios (en muchos casos) subsidios que benefician a los que más tienen.
Ahora, en una situación crítica en la que se han unido todas las circunstancias más propicias (para bien y para mal), desaprovechamos la oportunidad de poner al autoconsumo fotovoltaico en la posición que más nos conviene a todos.
La crisis energética suficientemente explicada y analizada nos lleva a un escenario de precios de la electricidad inabordables. Y esto, independientemente de cuanto se prolongue la guerra, va a mantenerse muchos años.
El decreto incluye muchas medidas, todas muy positivas, pero lo que más ha calado en la población es el establecimiento de límites a las temperaturas de los locales. Algo que es razonable, y que otros países ya han aprobado, pero que se olvida de las empresas que han hecho el esfuerzo de invertir en instalaciones de autoconsumo fotovoltaico, precisamente para no depender, en gran parte, de ese costoso sistema eléctrico y tener la posibilidad de ¡gestionar su energía!, de la forma más oportuna para ellos.
¿Cómo le podemos exigir a un establecimiento que tiene excedentes de su instalación fotovoltaica que suba la temperatura desaprovechando su inversión en lugar de dar más confort a sus clientes?
El autoconsumo fotovoltaico ha recibido subvenciones que deberían desaparecer para, simplemente, premiar a los autoconsumidores sacándoles de esta regulación y, consecuentemente, incentivando a los que aún no han dado el paso a contribuir al crecimiento de las instalaciones fotovoltaicas en España: De ahí es de donde va a venir el gran ahorro y la disminución de la dependencia energética.
Y el dinero de los fondos europeos que vaya a la investigación y a la industria, especialmente la del almacenamiento.
No castiguemos a los que están, de verdad, ayudando al cambio de modelo energético. Puede generar una gran indignación.