Estupefacción: ¿frustración, amnistía y otras regalías?
Existen momentos en que los gobiernos sean del color que sean y bajo ciertas circunstancias, deciden promover preferencias informativas que dinamicen a la opinión pública, bien por novedoso contenido, o pretensiones ejemplarizantes cada cierto periodo de tiempo.
Al respecto, según Lifeder, a través de la expresión o metáfora «cortina de humo», se pretende tapar un hecho con otro. Es decir, se trata de un elemento comúnmente empleado en Política, aunque su origen se diera antiguamente en los campos de batalla. hoy, política o campo de batalla, viene a significar lo mismo.
Al hilo de la ciclogénesis informativa desatada con el «afamado ósculo» entre los protagonistas, les comentaba en algunos textos anteriores algunos puntos de vista de los cuales no me apeo ni un ápice sobre su contenido.
Pero, sobre todo, llama la atención del español medio que dicha ciclogénesis informativa levantada por un ósculo y sus circunstancias pretenda incluir el silenciar o aminorar las críticas a las reducciones de penas motivadas por la Ley de la Sra. Montero.
Pero de golpe y porrazo, surgió el caso Rubiales, teniendo la sensación de que brotaba como si se tratara de una fuente milagrosa destinada a redimir algunos de los principales llamados «pecados capitales».
En opinión de este autor, se pretende focalizar o concentrar una inventada Regeneración Política, ejemplarizando a través de un personaje de farándula con un extenso currículo de irregularidades conocidas a su alrededor a las que tampoco resultaron ajenos por una u otras razones sus predecesores que, por cierto, abundan en nuestra geografía al estilo del «bon vivan».
Recientemente, me han llegado noticias de que el juez ha admitido la querella de la Fiscalía dirigida al personaje, solicitando vídeos para examen.
Posiblemente, del visionado, y desde el ámbito del Derecho Penal, podrían obtenerse distintas consideraciones y conclusiones.
Al hilo de lo anterior, hace ya muchos años, tuve la fortuna de asistir a unas charlas de don Federico de Castro y Bravo, insigne civilista, impartidas entonces en el Instituto de Estudios Jurídicos, muy cerca del Hotel Palace en Madrid.
En una de ellas, significaba que, en ciertas ocasiones, el Derecho Civil y el Penal, deberían relevarse según circunstancias, por lo que aprovechamos una vez más, incidir en que se permita dejar trabajar a la Justicia, ya que una vez conocidos pormenores, llegarán las conclusiones.
Posiblemente, también recuerden Uds. que desde 2020, vengo escribiendo con sensaciones de infortunio, episodios del actual Gobierno «en trance» referidos a la España que se encuentra huérfana de regeneración política desde hace décadas.
Otra percepción obtenida por el autor también días atrás, basada en el supuesto de «cortinas de humo» o como se bautizan en algunos países de América Latina estos argumentos de «asusta viejas», como la exhibición por TVE de la película protagonizada por Jack Lemmon y Sissy Spacek, sobre la pasada dictadura chilena. (desaparecido).
Por cierto, buen film, pero no consiguió que revivieran en mi memoria aquel 23-F de 1981, deambulando por un fantasmagórico Madrid.
La situación actual de este embrollo político que nos acuna se podría enmarcar en una especie de vacío de espacio sideral donde flota España, ¿vaya Ud. a saber a expensas de qué?
Probablemente, a expensas de un «náufrago político» expectante de obtener el suficiente apoyo de separatistas e izquierdas, los cuales puedan permitirle continuar en comandita pastoreando a España.