Diario de León

Ponferrada y Peñíscola: unidas por los templarios

Publicado por
Afrodisio Ferrero Pérez
León

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«Viajar es nacer y renacer a cada paso». Esta frase me recuerda a un leonés de renombre, cuyo máxima comparto plenamente. En los viajes siempre nos rellenamos de conocimientos que son las fuentes de la Cultura. Viene a colación de una visita a la ciudad de Peñíscola, en Castellón, dónde me pareció encontrar una semejanza evidente con la ciudad de Ponferrada (León), en relación con la presencia de los caballeros templarios. Son, sin duda, una orden religioso-militar de la época medieval, siglo XII, aproximadamente, cuya finalidad inicial fue defender los Santos Lugares de Jerusalén, pero que se extendió por Europa y en España, con especial relieve en la ciudad de Ponferrada y Peñíscola y sin olvidar otras poblaciones de la Corona de Castilla, Reino de Navarra y la Corona de Aragón.

En un viaje, realizado este tórrido verano, que ha estado compuesto por un grupo de compañeros y amigos, que nos comprometimos a orillar las cuestiones de actualidad política para evitar polémicas, cada cosa a su tiempo, nos reunimos en Peñíscola. Ahora es el momento de hablar de los grandes valores culturales y patrimoniales de nuestro país. Peñíscola bien merece una visita para contemplar y admirar su patrimonio monumental, en el que destaca el protagonismo de los templarios por una parte y por otra, no hay que olvidar al Papa Luna, que vivió en el castillo templario, como retiro obligatorio desde 1415 hasta 1423, siendo papa con el nombre de Benedicto XIII. Eran los tiempos del Cisma de Occidente la lucha por la preeminencia entre Aviñón y Roma que desató una tormenta de relaciones entre obispos y cardenales a causa de la Silla Pontificia, y como consecuencia de la rebeldía del Papa español, próximo a las tesis de Aviñón, fue perseguido y se embarcó hacia Peñíscola, para residir en el antiguo castillo templario, donde se pertrechó con su rebeldía. De ahí que la fortaleza sea conocida, en nuestra época, con el nombre de Papa Luna y en ella aparece su escudo heráldico de la Luna. En este lugar se formó una importante biblioteca pontificia que acumuló numerosos libros de distintas materias teológicas jurídicas médicas e incluso artísticas. El Papa Luna, aragonés de nacimiento, pertenecía a uno de los doce linajes de Aragón.

Mientras, estaba consultando estos datos históricos, una compañera me comunicó que en el Castillo de Ponferrada se había celebrado una Noche Templaria a nivel internacional con asistencia de unos 500 comensales y, al parecer, concurrieron una veintena de periodistas de varios países. Sin duda, la fortaleza templaria de la ciudad de Ponferrada es uno de los monumentos más bellos de la arquitectura medieval militar, y en su mayor parte es obra de los siglos XII y XIII, pero su singular torre del homenaje fue erigida en el siglo XV. El conjunto que integra este castillo, que es el símbolo de Ponferrada, forma un cuadrilátero que, por una parte, bordea el río Sil, y fue construido para ser destinada a la Orden Templaria por los reyes de León y Castilla. Su misión era proteger a los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago. Entre los monarcas donantes destaca Alfonso VI, el Emperador (1106-1157). Después, la Orden se convirtió en la mayor institución económica para financiar la guerra contra el Islam. Pero su gran poder, en cierta medida, precipitó su caída y así el Temple fue disuelto en 1312, pero hoy transcurridos unos 700 años pervive por tantas evocaciones y recuerdos históricos que han derivado en actos y celebraciones para honrar y valorar, en cierta medida, los fundamentos creadores de la poderosa orden de los caballeros templarios.

Entonces, en defensa de los peregrinos de Jerusalén, también de aquellos que cruzaban Castilla y León por el Camino Francés pasando por Ponferrada y el Bierzo y el entorno Ponferradino. En la actualidad se ha recreado una nueva Orden Templaria en esta población, con sus capas y los símbolos de la entidad medieval e histórica que, actualmente, ya cuenta, en dos años, con más de 200 caballeros y su Capítulo Anual se celebra para su ordenación con la simbólica capa templaria. Como momento destacado del acontecimiento, se hace una ofrenda floral del caballero templario a Nuestra Señora de la Encina y según la información de las crónicas bercianas, la celebración de las jornadas templarias se acompañan con actividades de teatro y música, siempre sin faltar la cita gastronómica de evocación de tiempos pasados. Sin duda, la bellísima Noche Templaria es una recreación de aquellos caballeros que después de sufrir su persecución y enajenación de su inmenso tesoro, hace ahora unos siete siglos, el papado de Roma les eximió de las culpas imputadas a la orden de la Cruz y la Espada, que eran los dos símbolos templarios, ya que fueron monjes-soldados, los más admirados por su determinación en el combate para defender la fe frente al Islam. Una orden disciplinada con gran capacidad para el sacrificio, y el espíritu del Temple fue impulsado por Bernardo de Clareval, un francés en el siglo XII, al que debemos el decisivo empuje para el renacimiento de la ideología religiosa que los caballeros templarios, como soldados de Cristo.

Y como resumen, en el momento presente, tanto los castillos de Ponferrada como el de Peñíscola, dónde se construyeron dos monumentos históricos de la época medieval hoy son admirados y contemplados por el turismo creciente y, en concreto, son testimonios de nuestra historia como maestra de la vida. Hoy Ponferrada no podía ser descrita sin mencionar su castillo que tanto nos honra a leoneses y visitantes con su perfecta arquitectura militar que se armoniza en su pórtico con sus dos torreones y que es una joya de gran belleza en el mismo corazón de Ponferrada. Estas dos ciudades de Ponferrada y Peñíscola, desde hace algún tiempo, han revalorizado las fortalezas templarias de la Cruz y la Espada.

He sabido que Ponferrada ya estableció su hermanamiento con la población templaria de Monzón en Huesca, para revitalizar la Ruta del Templario que enlaza con otras fortalezas en Lérida, Miravet, Tortosa y Peñíscola, que son lugares turísticos que participan de la común historia templaria. Al parecer Ponferrada tiene previsto establecer también relaciones con Peñíscola por su vinculación común a los caballeros templarios.

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