Diario de León

TRIBUNA

Arturo Suárez-Bárcena Escritor

Koldito

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« ¿Sabes cómo termina todo esto? ¡En la taberna de Pica Lagartos!». (Valle-Inclán).

Corrían los noventa y un tal Mario Conde se adentraba por Alcalá Meco por aquello de la cultura del pelotazo, a fin de cuentas solo era un pretencioso abogado del Estado al que se le había subido a la gomina ser el número uno de la promoción. Como el país no evoluciona, seguimos en esto de la cultura del pelotazo, que es algo así como el viejo sueño americano a la española.

Cuando detienen a Koldito, nuestro conde de las mascarillas, buscamos su largo peregrinar por Harvard, Yale, Columbia y Stanford pero nos topamos de bruces con la cruda realidad, y es que si antaño los pelotazos los daba el opositor aventajado ahora los da el portero de la casa de citas. Sin duda alguna en estos lugares se aprende mucho, donde esté la universidad de los lupanares que se quite la trasnochada universidad salmantina, y con todo mérito y capacidad el tipo recala en el Consejo de Renfe puesto que sin duda alguna resulta imprescindible para la locomotora nacional.

Digamos que Koldito ha hecho un poco de todo o un poco de casi nada, de portero, chófer, asesor, terrateniente, depositario de las papeletas en las primarias de nuestro gran presidente y hasta ha sido considerado como un socialista ejemplar en los manuales de resistencia de Pedro Sánchez. Parece ser que también ostenta dotes de contable y que manejaba el efectivo del entonces ministro, pagando con uno de los grandes los masajes y los restaurantes. Que vale para todo, vamos, qué tío.

Solo los maledicentes pueden albergar dudas sobre la honradez de su valedor. Desde luego se ha implicado en su trayectoria profesional para transmutarlo de chófer o guardaespaldas en consejero de Renfe. Y ha compartido múltiples viajes al extranjero al más puro estilo de Willy Fog, y hasta cedido un piso de forma gratuita no en el Madrid brillante de Valle pero sí en el absurdo de Sánchez por mera condescendencia con el que fuera su asesor, su amigo, su cómplice y su todo, como nos diría Benedetti, y es que, mano a mano, eran mucho más que dos.

Pero, a pesar de todo, resulta impensable que Ábalos saque tajada de Koldito and friends: mera casualidad que haya dado órdenes de compra a favor de la ya celebérrima empresa. Más bien pudiera ser que todo el escándalo no sea sino un montaje de la UCO, que una empresa sin actividad y sin relación alguna con los suministros médicos facture el siguiente ejercicio unos cuantos millones de euros es un mero indicio, como lo puedan ser las compras de solares y pisos en Benidorm por parte de Koldito. O que los contratos se firmasen o cerrasen al caer el péndulo de la orden ministerial, todo meras coincidencias y es que nadie daría el execrable paso de hacer negocios con la muerte; o quizá es que así como Óskar Schindler triunfó económicamente gracias a la guerra, otros lo han hecho gracias a esa otra guerra contra la enfermedad. En cualquier caso, decía el otro que si el machaca se había levantado un millón y medio, algo más se habría llevado el patrón.

También resulta alarmante que Koldito con su inusitada formación malgastara sus conocimientos como asesor con un ministro del Estado español. Parece, desde luego, que un personaje tan singular no debiera ostentar tales cargos para los que excede con mucho la formación necesaria, desaprovechando así sus bastos conocimientos en materias que no se encuentran a su altura intelectual. Estas noticias debieran tranquilizar mucho a la sociedad en su conjunto porque acreditan que la gestión de la cosa pública está en las mejores manos y nada puede salir mal.

Por otra parte, se ve que el desmejorado presidente no tiene a bien digerir las autonómicas, la resistencia a ser amnistiado del caudillo del maletero y un caso de corrupción en un solo acto. Decían aquello de lo bueno si breve, dos veces bueno, pero esto vale para la literatura y para el séptimo arte, pero no para el arte mediocre de la politiquería de baja estofa, así que le ha dado por la cosa adolescente de lanzar botes de humo contra los colaterales de Ayuso y lanzar, asimismo, un ultimátum al propio José Luis, con el que la oposición se frota las manos y es que al hombre que sabe demasiado no se le amedrenta tan fácilmente y la guerra civil se sirve en mascarilla a la vuelta de Ferraz.

Volviendo al tema, Koldito, como un rompeolas de todas las Españas, abre surco en el mar herido del sanchismo, poniendo en la picota al aprendiz de Bárcenas, que puede o no soltar el lastre sucio de todos los secretos del partido, y es que la fuerte marejada amenaza con derribar las altas torres de la mesa del Congreso, con una Armengol herida, con un Illa magullado, y así sucesivamente. Ya veremos a cuántos se lleva el golpe de mar.

Parece ser que también ostenta dotes de contable y que manejaba el efectivo del entonces ministro, pagando con uno de los grandes los masajes y los restaurantes
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