Diario de León

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España es el país de la Unión Europea con mayor número de ciudadanos en paro. El año que acabamos de despedir ha sido pésimo para el empleo. El peor desde que gobierna el Partido Popular. Desde 1993 no se recordaba un año tan malo con bastante más de cien mil nuevos parados. De hecho, uno de cada diez ciudadanos en edad, voluntad y condiciones de poder trabajar no puede hacerlo. Es un verdadero drama social. Un drama que -salvo casos de desaprensivos- la mayor parte de los parados vive con angustia porque no hay nada más desolador que verse de la noche a la mañana sin otro horizonte profesional en la mirada que las oficinas de empleo del Inem. O, todavía peor, en las deshumanizadas Empresas de Trabajo Temporal. El parado, el hombre o la mujer forzado por las circunstancias a pasar «los lunes al sol» merece el respeto del resto de sus conciudadanos. Es víctima de una situación que puede llevar a la desesperación. Sobre todo si se trata de personas de más de cincuenta años con un oficio o titulación obsoleta en el mercado de trabajo. Es verdad que -afortunadamente- existe la cobertura del desempleo. Menos mal. Es un pequeño paracaídas que evita el gran desastre, pero no nos engañemos: la persona que estaba contenta con su trabajo y a la que han echado a la calle por una reestructuración de plantilla -a veces arbitraria- o por un cierre patronal o por la circunstancia que sea, recibe el subsidio de desempleo con desazón. Preferiría trabajar, hacer algo, ser útil. Y no tener que ver por la televisión como los políticos utilizan el drama del paro. Los parados son personas a las que el desempleo tiende a marginar de la vida social y ésa es una injusticia añadida que no se merecen. Téngase en cuenta porque uno se cansa de escuchar la descarnada estadística que da cuenta del número de parados y de que después venga la consabida exégesis de los políticos: el Gobierno culpa del mal a la economía, a la coyuntura internacional, y la oposición señalando al Gobierno como único responsable. Oímos hablar a todos menos a los parados.

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