Grande y grandioso

No es lo mismo gran ciudad que ciudad grande. Parace ser que Valladolid será la única que alcance, debido a su número de habitantes, los beneficios que el Gobierno prepara para las llamadas grandes ciudades. León tiene proporciones humanas, incluso medimos el tiempo en minutines. Y si no es grande, según los criterios del censo, es grandiosa. Al parecer, nos faltan miles de leoneses para alcanzar tan magna distinción. Hombre, si fuese necesario nos ponemos todos a procrear como locos, a ver así aumentamos el aforo. Un edicto bien redactado puede hacer maravillas en una ciudadanía dispuesta a ser ciudad grande. Con razón ha dicho el señor Amilivia, como alcalde de León pero también como presidente de la Federación Regional de Municipios y Provincias, que habrá pronto un acuerdo para concretar qué se entiende por ciudad grande. Ya saben ustedes que la botella puede estar medio llena o medio vacía, según lo dictamine un alcohólico o un abstemio. Y es que todo es relativo y cambiante. Lo grande, según cómo, cuándo y para qué. Mira que los españoles le damos importancia al tamaño. Lo cierto es que León, grande o no grande, cada día gusta más al viajero que nos visita. Y, lo que es muy importante, al visitante con criterio estético formado, aquel que tiene elementos de juicio formados y sólidos. Hay ciudades en las que cuando logras aparcar el coche y llegar al cine ya han quitado la película, incluso han descatalogado el vídeo. León es un lujo, aunque necesite soplos de suerte y de justicia; no diré de milagros, aunque bienvenidos sean. Creo en esta ciudad, grande y grandiosa. Y lo creo sin chauvinismos, consciente de sus problemas y dificultades, pero también de sus avances. Creo en ella porque ella creyó en mí. Quiero contribuir a construirla, como realidad y como esperanza. El victimismo nunca tiene razón, ni siquiera cuando la tiene.