Diario de León

Conmigo que no cuenten Hasta siempre, amigo Joaquín Te queremos, Alejandra Me dan ganas de no tener más hijos

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En el Diario de León, de fecha 25 de marzo de 2003, en su sección de Cultura, se publica, proveniente de Valladolid, Agencia Efe, una nota que textualmente dice así: «La Academia Castellano y Leonesa de Poesía dispone en la actualidad de 3 plazas, una de las cuales ocupará Adolfo Alonso Ares, mientras que para las restantes están propuestos los poetas Gaspar Moisés Gómez y Antonio González Guerrero». Si alguien me «propuso», le agradezco la buena intención con que seguramente lo hizo. Pero yo, Gaspar Moisés Gómez, como persona y como escritor, me niego rotundamente a «ocupar» ningún lugar en dicha «Academia», dejándoles un sitio libre para otros que les vaya con sus gustos. No niego que no sean todos los que están, pero conmigo, agradeciéndoselo mucho, que no cuenten. Gaspar Moisés Gómez (León). Nunca hubiese imaginado que la clase de un soleado y primaveral día siete de Abril del 2003 se la tuviese que dedicar, con el consentimiento de mis alumnos, a «Juaco», al amigo y siempre buen compañero y mejor persona Joaquín González Vecin. En esta clase hablamos de economía, de los problemas de la agricultura en la Edad Moderna, de la desigual distribución de los medios de producción, de la polarización social y de la penuria de la clase campesina. Eran éstos algunos de los temas que le gustaban a Joaquín como profesor de Geografía Humana y como persona comprometida en hacer bien a los demás. ¿Recuerdas, Juaco aquel primer viaje o paso del ecuador a Italia en 1975 con tus alumnos del Colegio Universitario? Fueron tantas y tantas las vivencias que a buen seguro hemos sido muchos lo que hoy hemos llorado ante tu ausencia definitiva, amigo Juaco. Tiempos felices, como feliz fue la compañía de tu compañera y esposa María José, tiempos, en fin, que nunca más podremos disfrutar. Aunque por causas que tu bien conocías no pude ir a despedirte; aunque ya no podrás cumplir la promesa que me hiciste de ir a ayudarme a plantar los tomates a mi pueblo, quiero que sepas, amigo Joaquín y por eso lo hago público, que tu recuerdo siempre estará presente allí donde yo esté. Con tus ideas, con tu ideología nunca renegada, con tu bondad y compañerismo, siempre tendrás un lugar en el recuerdo de muchos alumnos, compañeros y vecinos. Ten por seguro, allí donde quiera que estés en este triste lunes, que estamos orgullosos de ti y de tus obras. Por encima de todo, amigo Juaco, fuiste un hombre bueno. Hasta siempre. Laureano M. Rubio Pérez (León) Nunca habíamos visto rebelarse así a los fieles dentro de una iglesia, nunca nos hemos sentido tan orgullosos de creer en Jesús. Por eso nosotros también firmamos las preguntas que los asistentes a los actos por la muerte de una niña de 13 meses en la iglesia de Trobajo del Camino hacían en voz alta a don Enrique el pasado domingo 16 de marzo: ¿Este es el amor cristiano? ¿Así actuaría Jesús...? Unos padres destrozados, una familia destrozada, unos amigos destrozados... todos nos acordaremos de este cura mientras vivamos, y lo peor, siempre que pasemos cerca de esa iglesia recordaremos la vergüenza de un sacerdote prepotente y soberbio que, pese a no poner inconvenientes a la familia ni a los servicios funerarios cuando se acordaron los actos, cuando debían comenzar las oraciones en la iglesia se negó a salir de la sacristía con la consiguiente desesperación para los padres que no se pueden creer que alguien así pueda intentar aumentar su dolor. Cuando por fin accede a salir, antes de comenzar las oraciones, nos suelta un discurso desdeñoso y desconsiderado, en el que sigue olvidándose de la niña muerta y de sus pobres padres. Por fin reza, menos de cinco minutos, y nos despide a todos nombrando dos veces al bebé, y se va, posiblemente a buscar la modestia y el amor cristiano que nunca ha tenido. Don Enrique, el bebé se llamaba Alejandra, y sus padres y todos nosotros no la hemos podido despedir como queríamos porque Trobajo del Camino no tiene el sacerdote que se merece. Ángeles Ulibarrena y tres firmas más. Trobajo del Camino.

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