Diario de León

¡Que San Isidro nos eche un cable...! Menos mal que tenemos buena sanidad pública En defensa de los trabajadores deSintel

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

A mí es lo que me sale de dentro cuando contemplo «de cerca» a la gente de nuestros pueblos, nuestro mundo rural se muere y se muere porque no le dejan vivir. ¿Quién no le deja vivir? Pues quien va a ser el señorito de turno: don dinero que por desgracia es poderoso caballero. Las explotaciones familiares, esas que han mantenido la vida en nuestros pueblos y con ella su rica cultura, la sabiduría popular, tradiciones y una innumerable serie de valores se nos mueren y agonizan ante los intereses de unos pocos, que se quieren hacer ricos a costa del sudor y sacrificio de los labradores y ganaderos. Las grandes empresas lecheras que están pagando una miseria, a los productores de leche, para luego con un litro de leche si pueden sacar 5, y venderlo bastante más caro, rebajando la calidad del producto de origen y elevando el precio en el mercado. La crisis de las vacas locas, olvidada ya por todos, menos por el humilde ganadero de a pie que sabe que por la venta de un ternero poco le darán. Las gran crisis que estos últimos años atraviesan las explotaciones familiares, hacen que muchas de ellas tengan que cerrar sus puertas, no sin haberlo intentado, no sin el enorme sacrificio diario que supone mantenerlas en pie, donde las jornadas laborales van de las siete de la mañana a las diez u once de la noche, sábados y domingos también, sin vacaciones. Y trabajando duro con artrosis, reuma y lo que sea porque los años de duros esfuerzos no perdonan. Las esperanzas de nuestros jóvenes, sus ilusiones de seguir en la tarea que les legaron sus antepasados, se ven sesgadas porque lo único que importa es que produzcan mucho, mucho a bajos costes. ¿Alguien se ha parado a calcular lo que cuesta mantener estas explotaciones? Comprar cuota láctea, piensos, forrajes, gasóleo, inversiones en infraestructura, maquinaria, medicinas y toda clase de cuidados, etcétera. Los gastos son muy grandes al lado de los ingresos. Por favor, no nos olvidemos, no hagamos oídos sordos a las muchas carencias que, en todos los campos, ha tenido y sigue teniendo nuestro mundo rural. Hay que tener en cuenta sus trabajos, su grandes sacrificios, el poco aprecio social, la abnegación, la colaboración vecinal, su religiosidad impregnada de elementos vivenciales, su nobleza y sinceridad cuando no se sienten engañados y....su temor «silencioso y sentido» de que de nuevo permanecen olvidados.... Si se mueren nuestros pueblos perdemos un importante legado, es imprescindible que para que se mantengan en pie se defiendan las explotaciones familiares, garantizando el que puedan trabajar y vivir con dignidad y no explotados y oprimidos. Todos podemos aportar algo ¿Y tú que puedes hacer? Ana María Fernández Méndez (León). Lo peor que te puede pasar en la vida es que estés pagando por algo y cuando te haga falta que te respondan no tengas nada, eso es lo que ocurrió con mi hijo con un problema en la muñeca izquierda. El servicio de urgencias no existe en la clínica SanFrancisco, ya que al doctor se le tuvo que avisar por tres veces para que dejase la consulta ordinaria y le realizase una intervención en quirófano para colocar el radio de la muñeca izquierda, estando la mano igual de grave el día 14 habiendo realizado periódicamente unas placas por el mismo doctor el día 9, diagnosticando una recuperación total. El mismo día 14 se le ingresa a mi hijo en la segunda planta del Princesa Sofía, donde se le realiza la misma intervención por la tarde y ahí es donde me doy cuenta que se le hacen análisis de sangre, de orina, le visita un pediatra y le osculta una doctora todo ello antes de pasar por el quirófano. ¿Cómo pudo un profesional meter en un quirófano aunque sólo sea para una leve anestesia a un niño de seis años sin realizarle unos análisis previos? Este padre que renegaba de las aglomeraciones de la sanidad pública y pagaba para su familia una atención privada prefiere esperar las colas que sean necesarias siempre que al final de las mismas sea atendido por profesionales. Gracias al personal de la planta infantil del Princesa Sofía y en especial al doctor Díaz Gallego, médico del servicio de traumatología. José L. Alonso Aboin (León). María Dolores González García llama al Teléfono del lector diciendo: «Ante los hechos acontecidos desde que un trabajador de Sintel agredió al señor Fidalgo y como mujer y esposa de uno de los trabajadores en situación desesperada, quisiera exponer estos puntos. Lamento la agresión hacia el señor Fidalgo. Los trabajadores de Sintel no somos gánsters ni vándalos.Son peor los años que llevamos de lucha pacífica y ejemplar por sus derechos. Es incierto que los trabajadores de Sintel hayan rechazado empleos. Es incierto que los trabajadores de Sintel exijan una recolocación en bloque. Sólo se exige un trabajo estable, digno y seguro como se firmaron en los acuerdos del 13 de agosto del 2001 por el consejo de ministros, CC.OO., Telefónica y los propios trabajadores de Sintel. Insto a los dirigentes de Comisiones Obreras a presentar públicamente los contratos que según ellos han rechazado que supondría la expulsión de la Asociación de Sintel directamente de los trabajadores que hayan rechazado un empleo estable y seguro. Que no, señor Fidalgo. Que no, señor Tojo. Que no me creo nada. Presuntos somos todos».

tracking