Los taifas del Bierzo

ES SABIDO que los reinos de Taifas tocaron a su fin a causa del hecho de que las relaciones entre el califa y la clase superior estaban guiadas no por ninguna idea religiosa, sino por el mero interés. Nada podía estimular en los miembros de la clase superior una lealtad al gobierno central como principio estructural de la comunidad. Cuando se oponían a los gobernantes lo hacían unicamente por interés propio, con la esperanza de aumentar su propia participación en el poder. Las consecuencias de las elecciones tienen mucho que ver con la desintegración del califato, y los políticos deberían echar mano más a menudo de los libros de historia para sacar conclusiones que les sirvieran para su organización interna. No voy a seguir con el afaire entre Fátima y Yiyo. Es cosa periclitada. Pero estamos a punto de enfrentarnos a uno de los mejores líos de la temporada. La batalla por el Consejo Comarcal del Bierzo estallará en estos tres días. Los cargos y afiliados del PSOE no se muerden la lengua para mostrar su opinión. «Esta gestora es ilegal». «El perdedor de todo esto será Miguel; perderá aunque gane», «Susi es un tirano», «Saavedra es un recién llegado por eso no conoce los estatutos», «Si las cosas se les ponen demasiado feas sacarán a Canedo del armario» y en este plan. Uno ya no sabe por quién decantarse, y además eso es cosa de los afiliados y votantes del PSOE. Lo que está claro es que a nadie le gusta perder poder, con la posibilidad de repartir prebendas, favores, dedicaciones exclusivas y demás... Como dijo el otro día el presidente de la Diputación, Javier García Prieto, el Consejo Comarcal del Bierzo es ya un hecho jurídico. A partir de ahora ya dispone de un presupuesto como Dios manda, puede proyectar obras, contratar personal laboral y «del otro», en fin, un caramelito que ninguna de las facciones del PSOE comarcal quiere soltar fácilmente. Pero con la partitocracia reinante en España, este tipo de debates y peleas en el albero público sólo provocan malestar entre los ciudadanos. Está muy bien para los periodistas, pero los votantes y contribuyentes quieren sólo que le resuelvan los problemas, pagar menos impuestos y que el sol luzca cuando van a la playa. Lo demás es carnaza para los medios y conversaciones de bar, papel para envolver el pescado. Después del hartazgo político, la comarca se llena estos días con fiestas de carácter medieval. El Medievo, una época de convulsiones políticas donde las haya sería el escenario ideal para las justas que podrían protagonizar Antonio Canedo y Jesús Esteban. El testigo de tan simpar combate estaría materializado en la figura de Ricardo González Saavedra y Miguel Martínez optaría al papel de dama afligida por el futuro de su caballero. Aunque los socialistas podrían esperar hasta el mes de agosto y resolver sus cuitas en el ajedrez medieval de Carracedelo. Me gustaría saber qué táctica emplearía cada uno de los contendientes. Podrían servirse de la clavada, aunque sólo uno de los dos equipos imagínense cuál lo haría. Ya saben: el ataque a una pieza que dejaría, en caso de moverse, desprotegida otra de mayor valor. No hacen falta más palabras.