Diario de León

EN EL FILO

Rajoy, obediencia en libertad

Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

Creado:

Actualizado:

AZNAR ha diseñado junto a Rajoy un escenario político en el que su sucesor electoral respire sin ahogos. La atmósfera interna del Partido Popular seguirá, sin embargo, siendo la misma, pues no se han abierto las ventanas para que Rajoy pueda asomarse a nuevos horizontes. En la finca toledana de Quintos de Mora, propiedad del Estado, han dialogado durante este fin de semana muchas horas José María Aznar y Mariano Rajoy. Rajoy va a ser distanciado de las responsabilidades de Gobierno y en los próximos meses no volverá a dar la cara por Aznar, como la ha dado en situaciones muy comprometidas. Mientras Rato rehuía implicarse en asuntos políticamente tan negativos como el originado por el asunto de las vacas locas, ya en el olvido, el chapapote del Prestige y el progresivamente enrarecido de la situación en Irak, en cuya etiología participó de algún modo el presidente Aznar ostensiblemente alineado con Bush, Rajoy se convertía en la cabeza visible y responsable del Gobierno, evitando al presidente comparecencias parlamentarias y explicaciones públicas. La suerte está echada, se piensa en Génova 13, al menos hasta las elecciones de marzo. El respaldo de Rajoy en el PP dependerá finalmente, más que de la votación secreta de hoy en la amplia junta directiva nacional, del resultado que obtenga en las elecciones generales, a las que precederán las autonómicas de Madrid a finales de octubre, que coinciden con horas realmente bajas del PSOE. Una clara victoria popular en Madrid abriría a Rajoy un risueño horizonte con vista s a las generales. De lo contrario, en el PP podrían vaticinarse luchas intestinas, como en los viejos tiempos, pues Aznar, aunque mantenga la presidencia del partido, va a delegar poder interno en el nuevo secretario general, que será Rajoy. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que el PP es presidencialista, por lo que Aznar, en caso de apuro y aunque desde posiciones alejadas de las candilejas, podría sacar en el momento oportuno el látigo autoritario que han tan eficazmente ha manejado hasta ahora. Pero no es de esperar que al PP le vayan mal las cosas, y si le fueran regular, es decir, si no renovase en marzo su actual mayoría absoluta, nadie en el partido negociaría apoyos nacionalistas, de CiU especialmente, con la habilidad de Rajoy. Lo único negativo de esta situación, circunstancialmente bicéfala, es que el candidato a la Presidencia de Gobierno no podría desviarse de las líneas políticas del gobierno Aznar, aunque ya no se sienta obligado a defenderlas.

tracking