Diario de León

CON VIENTO FRESCO

Savater, un intelectual comprometido

Publicado por
JOSÉ A. BALBOA DE PAZ
León

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LA SEMANA pasada se iniciaba el curso de la Uned de Ponferrada, con lección inaugural de Fernando Savater. Sin duda una buena elección, a tenor de la expectación tan extraordinaria que levantó el popular filósofo en el mundillo cultural del Bierzo. Abundaban en las primeras filas los políticos de diverso signo; algunos sindicalistas; muchos profesores; y probablemente junto con gentes de la calle, algunos alumnos sentados en los pasillos del magnífico salón. Hubo que esperar pacientemente el largo retraso de Savater; la lección fue luego breve y a muchos, entre ellos a mi, nos causó una cierta decepción. No decepcionó el hombre, el intelectual preocupado por la res pública. Savater es una persona que trasmite optimismo en quienes le escuchan y le siguen. En mi juventud no me era simpático, pues sus ideas, entre ácratas y nihilistas, estaban muy distantes de las mías. Leí muchos de sus artículos en Triunfo , Tiempo de Historia o el Viejo Topo ; seguí su polémica con Gustavo Bueno, con quien me identificaba; pero no llegué a conocer sus primeros libros. Ha sido su valiente actitud contra el terrorismo y el nacionalismo, en la que por cierto coincide con su antiguo adversario, lo que ha hecho que desde hace unos años me interese su persona y su obra. Savater y Bueno son dos intelectuales comprometidos y valientes, no por enfrentarse a los pistoleros de ETA o a los nacionalistas que justifican a estos asesinos, sino por haberse atrevido a romper el discurso de autoengaño de cierta sedicente izquierda. Ellos, y pocos más, han hecho posible el cambio ideológico operado en España gente en torno a esta cuestión, logrando superar el complejo que ahogaba, y aun ahoga, a muchos columnistas y políticos conniventes con el nacionalismo. Tampoco decepcionó el profesor. Fernando Savater sabe enseñar y lo hace entreteniendo a los oyentes con conceptos claros, ejemplos que ilustran el discurso y un lenguaje asequible, alejado de la jerga abstrusa tan corriente en muchos filósofos. Pone además este profesor entusiasmo en sus lecciones, porque cree en lo que dice, y contagia en sus alumnos la pasión por lo que enseña. Esto lo saben muy bien quienes han leído sus numerosos libros de ética y filosofía. No es extraño que su ética para Amador o su política para Amador se hayan convertido en verdaderos bestseller, por no hablar de libros que recogen sus colaboraciones en prensa. Quizá esta claridad didáctica es lo que más odian los intelectuales orgánicos del nacionalismo, tan simples y oscuros en sus falaces argumentos. Decepcionó un tanto el filósofo. No decepcionó Savater por lo que dijo sino por lo que no pudo decir en una charla de poco más de media hora. Habló de la antropología de la libertad. Con sencillez explicó cómo a diferencia de los animales, seres muy especializados y adaptados a sus respectivos nichos ecológicos, pero por eso mismo con conductas determinadas y finalistas, el hombre es un ser generalizado que, recordando a Ortega, no tiene más remedio que ir labrándose su propia vida. Entre las varias posibilidades que la Naturaleza y la Historia le ofrecen, el hombre ha de elegir una. Esa posibilidad de elección es el fundamento de su libertad. Citando a Fromm, autor del Miedo a la libertad , el filósofo señaló cómo muchos hombres renuncian a su libertad, prefieren que sean otros los que decidan por ellos la vida que han de vivir, pero eso, concluyó, es el principio antropológico de todos los totalitarismos. Esta fue toda su reflexión. Sin duda importante, pero a muchos nos dejó, a mi al menos, con las ganas de saber si estas ideas son una continuación de su ética como amor propio o suponen un cambio en sus reflexiones éticas, como consecuencia de su actitud política de hombre comprometido con sus conciudadanos. Tal vez deberemos esperar al libro que nos anunció, y del que esta charla fue un breve introducción. 1397124194

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