En defensa de la Fundación Cortes de León

LA HISTORIA de León es tan densa, que tendríamos muchos hitos que celebrar, pudiendo dar nombre a otras tantas fundaciones posibles, pero hay que tener en cuenta que no es lo más importante el título de las mismas, sino que los fines para los que han sido creadas se cumplan. Ya decía La Pícara Justina: «No existe un hombre más morido de amor por su tierra que el leonés»; pero este sentimiento tan profundo que anida en cada rincón del corazón de los leoneses no se ha sabido o no se ha querido capitalizar políticamente, como sí lo han hecho otras regiones de España. Los motivos pueden ser diversos; quizás porque el viejo reino de León ha sido el principal protagonista de la historia de nuestro país o bien debido a que su carácter reservado e individualista impida a los leoneses exteriorizar ese sentimiento que conforma lo más profundo de su ser. Pero centrándonos en el tema que nos ocupa, que es el nombre de la fundación que está naciendo para defender la «identidad leonesa», cada vez más difuminada en éste Estado de las autonomías que padecemos, conviene acudir a la memoria histórica y recordar que Alfonso IX (1188-1230) hijo de Fernando II, al que sucede a su muerte como rey de León con independencia de Castilla, ha pasado a la historia como el primero que convocó unas cortes democráticas. Hasta entonces los reyes llevaban consigo unas cortes, compuestas por magnates nombrados por el mismo rey y unos representantes del alto clero, designados por ellos mismos, pero, novedosamente, Alfonso IX convoca en el mismo año de su llegada al trono unas cortes extraordinarias y originales, a las que acudirían no sólo los dignatarios mencionados, sino también los representantes de los hombres libres de los municipios. Por primera vez esta clase social se sitúa en el mismo nivel que las otras dos privilegiadas. Por ello se puede decir con toda propiedad que el rey de León fue el creador de las primeras cortes democráticas, mucho antes que las de Castilla, que fueron inauguradas en el año 1251 y por supuesto que las de Inglaterra y las de la Revolución Francesa. Alfonso IX convocó estas cortes regias en el 1188 principalmente para obtener medios económicos con los que poder afrontar su situación después de la mala administración del anterior gobierno. Aunque en el orden cultural Alfonso IX tiene el gran mérito de haber sido el fundador de la Universidad de Salamanca y decidido protector de las órdenes militares de los templarios en su castillo de Ponferrada, es más conocido por estas novedosas cortes que dan entrada al pueblo llano y por lo tanto son, nada más y nada menos, que el principio histórico de las cortes democráticas y modernas en el mundo político conocido hasta entonces. Si los leoneses no sabemos apreciar esta circunstancia y no ponemos todo nuestro entusiasmo en apoyar, financiar y potenciar debidamente esta recién creada Fundación, perderemos una gran oportunidad histórica y esta vez no vale echar la culpa a los foráneos de nuestras desdichas y marginaciones. Aprovechemos, pues, esta oportunidad y dejémonos de tantas discusiones estériles sobre el nombre, que ya lo tiene, y bien puesto, y centrémonos más en perfilar sus objetivos que han de ser lo suficientemente amplios y precisos como para lograr los fines deseados, que no son otros que la defensa de la identidad leonesa promoviendo también la cultura e idiosincrasia de este pueblo nuestro que tiene suficiente historia e hidalguía por sí mismo como para no tener que ir en contra de otros, porque todavía tiene mucho que aportar a la historia de España.