Diario de León
Publicado por
PEDRO CALVO HERNANDO
León

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LEO UNA LARGA entrevista con Mariano Rajoy. Su talante exterior no se parece en nada al de José María Aznar. Y su absoluta inconcreción tampoco se parece nada a los muy precisos mazazos de aquél. Sobre lo segundo, no encuentro más concreciones que su rotunda oposición al plan Ibarretxe. En cuanto a lo primero, muy generales afirmaciones sobre su plena disposición al diálogo con todo el mundo, con quien haga falta, así como su lenguaje moderado, lo cual no quiero decir que sea poco, pero no es suficiente. De la lectura del largo texto no se puede deducir apenas ninguna luz sobre su manera de gobernar, en el caso de que en marzo ganara las elecciones generales para poder formar Gobierno. Mariano Rajoy podría tomar importantes decisiones o sus contrarias. Podría abrir, cerrar o dejar la puerta entreabierta en multitud de cuestiones. Y no voy a recurrir al tópico del gallego que no se sabe si sube o baja. Que en la comparación con José María Aznar el actual candidato sale ganando, eso no creo que haya ningún español sensato que lo dude. O sí. Pero eso no basta. De momento, hay que decir que el candidato ha estado casi ocho años bendiciendo y corresponsabilizándose con las decisiones del presidente José María Aznar, pues ha desempeñado los más altos cargo en su Gobierno, y lo sigue bendiciendo. Incluyendo las decisiones más equivocadas y más rechazadas por la inmensa mayoría de la opinión pública, así como los estilos de gobierno menos compatibles con el espíritu constitucional de pleno respeto a todas las libertades. Claro que el candidato puede desligarse de ello y proclamar que él no es realmente así, que no quiere eso y que no lo hará. O, por el contrario, puede no hacerlo. O, en fin, puede decir también que ni sí ni no sino todo lo contrario. O ni siquiera eso. En la mencionada entrevista se extiende en consideraciones de bella apariencia, junto a las inevitables manías del aznarismo puro y duro, que enseguida rechaza en abstracto si es presionado por la entrevistadora. Mariano Rajoy es un gallego, pero también un enigma, aunque se las dé de previsible. Pero ya digo, en la duda y en la comparación, me parece que saldría mejor que el que está todavía. O no.

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