Diario de León

DESDE LA CORTE

Diagnóstico para no dormir

Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

Creado:

Actualizado:

LOS CUARENTA folios del auto que el juez Juan del Olmo envió ayer al Congreso pueden resumirse en una sola frase: puede volver a ocurrir. Tal posibilidad no es el antojo de un pesimista. Es un riesgo derivado de todos estos datos: no han sido detenidos todos los participantes en la preparación de la trama; es probable que se haya fugado uno de los autores materiales; existe una gran cantidad de explosivo que no ha sido utilizado; y es muy posible la existencia de células dispuestas a ser el recambio del grupo que hizo la matanza del 11 de marzo. Esta historia no ha terminado en el suicidio colectivo de Leganés. Un primer asomo al auto del juez instructor sugiere que es un trabajo parcial. Ahí no figura ninguna referencia a los fallos producidos en las tareas de prevención. No hay nada que indique que el confidente Zouhier tenía razón cuando gritó a los periodistas: «Yo avisé, pero no me hicieron caso». Y tampoco se puede deducir que la haya tenido José Antonio Alonso, ministro del Interior, cuando abrió toda la polémica al asegurar que hubo «imprevisión política, no policial» ante el terrorismo islamista. Supongo que, si el juez ha entrado en esos detalles en su instrucción, aunque no tiene por qué hacerlo, es una de las partes que siguen sometidas a secreto. Sin embargo, estas informaciones y sospechas tienen otros dos valores. Desde el punto de vista de la seguridad pública, constituyen la revelación más inquietante de todas las investigaciones de la tragedia del 11-M. Contiene datos y pistas suficientes para que todos los cuerpos de seguridad del Estado y los servicios de inteligencia sigan en actitud de alerta. Y, desde el punto de vista político, le dicen a la Comisión cómo hay que investigar una tragedia terrorista: fijándose más en el fondo que en detalles como la entrada de perros y policías en la famosa furgoneta. Señores diputados, lo hemos escrito muchas veces: no se trata sólo de saber si Acebes fue absolutamente sincero. Si no lo ha sido, ya lo pagó en las elecciones generales. Tampoco se trata sólo de saber si el señor Rubalcaba, todo el Partido Socialista, o determinados líderes de otros partidos jugaron el día 13 a la manipulación del electorado. Se trata de saber hasta qué punto cuarenta millones de españoles seguimos viviendo sobre una mochila de dinamita. Dos testimonios judiciales dicen que sí. Juntos, dejan un diagnóstico para no dormir: el atentado se puede repetir (Juan del Olmo) y no se ha hecho nada para impedirlo (Baltasar Garzón) .

tracking