Diario de León
Publicado por
CARLOS CARNICERO
León

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NADIE puede discutir que la democracia, tal y como entendemos este sistema político en los países occidentales, es el menos malo de los sistemas de organización de la convivencia posibles. Pero viendo el desarrollo de los procesos electorales norteamericanos uno se imagina en manos de un sistema de juego que se parece mucho a una ruleta en la que la bola que gira son los mensajes mediáticos, alimentados por las cadenas de televisión, que se detienen en donde menos se puede esperar un resultado razonable. Ahora toca subir la espuma del candidato demócrata, del que no sabemos muy bien lo que piensa o, para ser más preciso, no sabemos si piensa tan distinto de lo que lo hace George W. Bush, porque cualquier candidato norteamericano carece de pensamiento propio. Sus ideas y sus proyectos son mezclas químicas elaboradas a partir de los resultados de las encuestas en las que la opinión circunstancial de los presuntos votantes elaboraran un cóctel político que se presente a su refrendo. Mensajes tan elaborados que carecen de esencia propia, porque la política en EE. UU. es un producto de disolución instantánea, en función de la hora, del estado de ánimo de los votantes, y de los acontecimientos más fugaces. Si a eso añadimos que la política es un estadio reservado para quien sea capaz de recaudar las grandes sumas de dinero que hacen posible la presentación electoral, convendremos todos en que hemos pactado un circo que no es ajeno para que tenga la suficiente apariencia de decisión propia como para que nos creamos que somos artífices y responsables del resultado. Nada de lo que ocurra después de la elección nos será propio y entonces,los 'lobbys', esos que fabrican las medallas de los presidentes, se encargaran del resto: los ricos serán cada vez más ricos y los pobres se conformaran con tener un trabajo y un salario que les permita alimentar la maquinaria de consumo del sistema. No conozco nadie que sea respetado que preconice un cambio profundo del sistema de vida que nos hemos dado, pero empiezo a soñar por la noche, y son pesadillas, que así no vamos a ningún sitio confortable de nuestra historia futura, por la simple razón de que nos hemos conformado con simular una democracia que nos hace creer en un protagonismo propio que no existe.

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