Diario de León

EL PAISANAJE

Mortadelo y Filemón en Sahagún

Publicado por
ANTONIO NÚÑEZ
León

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LA GUARDIA CIVIL busca micrófonos ocultos en el Ayuntamiento de Sahagún. El otro día apareció el primero, cuando iban a cambiar un enchufe y ahora hay psicosis entre políticos y funcionarios, ellos sabrán por qué, aunque nadie da pistas. Descartada la pista islámica, que en Sahagún no pinta nada, dado el número de iglesias per cápita, la posibilidad más barajada es que estemos ante un caso de espionaje casero, que lo mismo puede ser de braguetas licenciosas en la casa consistorial que de licencia de obras para la casa propia. Otra explicación no cabe, pero por sospechar que no quede y, como diría cualquier cabo de la Benemérita con aspiraciones de ascenso, «de momento siguen abiertas todas las líneas de investigación». Las hay de lo más insospechado y la afición a colocar micrófonos donde menos se espera no es nueva en los consistorios leoneses, aunque nunca había llegado a las zonas rurales, donse es trad¡ción antigua que la gente se espíe a través de las comadres o en la barra del bar, conversaderas ambas que, sin necesidad de gastar pilas via satélite, llegan a todo el mundo con eficacia. Aún es pronto para prever cómo acabará la entrada de Sahagún en la era de la comunicación sin cable. Más o menos pasó lo mismo hará unos ocho años en el Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo, cuando alguien camufló también varios micrófonos en las lámparas de los despachos de, por lo menos, dos concejales. Él o los que lo hicieron pretendían demostrar, al parecer, que las contrataciones de personal y las licencias de obras se hacían en beneficio de según y quien. Y como «según y quién» podían ser todos, se archivó el caso por si acaso. Aún antes hubo otro caso de micrófonos de bragueta en la Junta de la Semana Santa de León, absuelto por el señor obispo no sin pocas agujetas entre sonoros nombres, apellidos y cargos. Lo único que sorprendería ahora es que encontraran a Bin Laden, porque en lo demás y sin microfonos todos tenemos ya la mosca detrás de la oreja.

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