Diario de León
Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

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LAS PERSONAS más valiosas que he conocido en mi larga y ancha vida nunca necesitaron escolta. Eran científicos, escritores, poetas, filósofos o músicos y como se dedicaban a hacer el bien jamás pensaron que alguien deseara hacerles mal alguno. No me figuro a Pío Baroja, que salía tan poco de casa, acompañado de dos guardaespaldas para pasear por el Retiro en otoño, para ver cómo caía «del árbol romántico la última hoja», ni a don Gregorio Marañón o a don Jorge Guillén me los puedo imaginar seguidos por dos personas robustas y decididas, de esas que en el argot llaman gorilas . Claro que entonces no se llevaban los secuestros. Ahora quien no tiene escoltas no es nadie. Los españoles teóricamente importantes están protegidos, pero hay que preguntarse si hay tantos compatriotas que tengan importancia. Me refiero a quienes se la damos los demás, no a los que se la otorgan ellos mismos. El Ministerio del Interior realiza un estudio para revisar, caso por caso, la situación de los más de 5.000 amenazados que disponen de protección a cargo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, o sea de todos nosotros. Es inverosímil que la banda terrorista ETA, que por cierto no es una banda, sino una organización, haya amenazado a tanta gente. En ese caso serían muchos los amenazados y pocos los escogidos. Algo falla. O no se han contado bien las personas que están en peligro o se ha querido paliar la falta de puestos de trabajo ampliando el número de escoltas. ¿Cuántos hay? Para evitar que alguien muera de un tiro por la espalda se suele emplear más de un guardaespaldas, generalmente dos, salvo en el caso de los llamados altos cargos, que llevan muchos, quizá porque están acostumbrados a echarse más cosas a las espaldas. En determinados restaurantes de muchos tenedores, cuando ven entrar a un ministro gritan ¡Viva el acompañamiento! No es que uno desee que los escoltas no coman. Su estado físico debe ser tan cuidado como el estado mental de sus protegidos. Tampoco deseo que vayan al paro, que ese sí que es un gran club.

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