Si hubiese sido Aznar

AQUÍ, todos los discursos y declaraciones de los políticos sirven tanto para un roto como para un descosido. No se analizan desde la racionalidad sino desde las fobias o las filias de quienes los enjuician. Se está poniendo de relieve en los distintos comentarios que ha suscitado la reciente intervención del presidente Zapatero en la ONU. Para un sesudo analista, de comparecencia diaria en la prensa, el discurso del presidente del Gobierno español mereció el siguiente comentario: «Zetapé prefiere esperar a que el mundo termine adaptándose a sus convenciones colegiales, de guitarra en autobús de excursionistas, antes que modificarlas para que sean ellas las que se adapten al mundo. Que pertenecer a un tiempo con intención de gobernarlo exige, antes que nada, ser capaz de comprenderlo. Aunque sólo sea para saber a qué se le está diciendo que 'yes', lo cual es una forma de encontrarse la picha al ir a mear en vez de aparecer en la ONU con un cerco húmedo en la bragueta». Y termina con esta rotunda frase: «Como Cándido, otro mongolín, ante el incendio de Lisboa, el pobre Zetapé no se encuentra la picha». Pues muy bien. ¡Felices Pascuas!. En otro análisis, no menos profundo, esta vez surgido de mente femenina, que combina la prensa escrita con la radio, se afirma: «Tan notables aportaciones de nuestro presidente a la geoestrategia del siglo XXI, eran perfectamente previsibles para un avispado consumidor de telebasura nacional». ¡Vaya por Dios!. Y la fina analista aclara: «Son producto del mismo clima social que convirtió a Fresita en ganadora de Gran Hermano. Estamos ante la aplicación práctica del 'flower power' al proceloso mundo de las relaciones internacionales. Las propuestas de Zapatero ofrecen la misma consistencia intelectual y moral que la rubita, supuestamente cándida, que se deshizo de todos sus rivales y acabó enseñando su anatomía en Interviú». Precioso análisis. Este país camina hacia la ruina. Así no podemos seguir. Si como nos descubren estos eruditos comentaristas, de sólida y reconocida capacidad mental, «Zetapé no se encuentra la picha» y, para colmo de nuestros males, su nivel intelectual y moral no va más allá del de una señorita que posa desnuda para Interviú, ¿en manos de quien está el porvenir de España?. No hay que asustarse, sin embargo. Tengo para mí que si Aznar hubiese subido a la tribuna de las Naciones Unidas y pronunciado el mismo discurso de Zapatero, los referidos comentaristas hubiesen puesto a Aznar por las nubes calificándole, como mínimo, de gran estadista mundial.