Diario de León
Publicado por
RAFAEL TORRES
León

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LA QUE fue musa del cineasta suizo Alain Tanner, la franco-magrebí Miriam Mézieres, estrenó en Madrid, hace unos años, un turbador espectáculo de strip-tease físico y moral cuyo título renace ahora con las declaraciones de Ana Botella referidas al matrimonio entre homosexuales, y digo entre homosexuales y no de homosexuales porque, en puridad, la ley nunca les impidió casarse, bien que de ninguna manera entre ellos: Extraña fruta. Para la ex segunda dama del país, concejala de Asuntos Sociales en el Ayuntamiento de Gallardón, los gais y las lesbianas adictos al matrimonio pertenecen a variedades frutícolas que no pueden sumarse: Peras y manzanas. Extraña fruta. Si Ana Botella hubiera querido decir que lo que parece fuera de lugar es la denominación de matrimonio al contraído por personas del mismo sexo, lo hubiera dicho, y al decirlo hubiera situado la cuestión en los territorios de la semántica, pues en efecto, no es descabellado proponer un nuevo nombre para una novedosa forma de emparejamiento legal. Pero me temo que la concejala no quería decir eso, sino de un modo lo más eufemístico posible que le parece una atrocidad que los homosexuales se casen entre ellos, y de ahí la delirante de las peras y las manzanas que no pueden sumarse/casarse, tanto más delirante cuanto en el traslado de persona a fruta resulta que son las peras las que quieren sumarse/casarse con las peras y las manzanas con las manzanas, circunstancia que no atenta contra la lógica matemática pero sí contra la lógica de Ana Botella, cautiva en esas nebulosas creenciales tan cerradas que impiden reconocer el libre albedrío de los demás.

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