Diario de León

EL PAISANAJE

La burra, por lo que vale

Publicado por
ANTONIO NÚÑEZ
León

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CUANDO se aprobó la Constitución, que tiene más o menos los mismos años que la concentración parcelaria, el campo y, por extensión, España prosperaba que daba gusto, así que hasta el más tonto del pueblo cambió los bueyes, la mula y la burra de arar por un tractor para modernizarse y no ser menos que el vecino, por este orden. La densidad de tractores por hectárea llegó a ser de hasta quinientos caballos de vapor o más, pero, como las fincas estaban unidas, funcionó sin mayores problemas. A los funcionarios de las administraciones del Estado les pasaba lo mismo. Un cuarto de siglo después, o sea una generación, el país se ha dividido en autonomías y las parcelas de los pueblos otra vez en minifundios, eso cuando las herencias no quedan en baldío, de modo que a los partidos nacinalistas les queda demasiado grande la Constitución y a los paisanos de pueblo el tractor, porque la renta les llega de balde de las transferencias del Estado o de la Pac. A los primeros y a los segundos el Gobierno quiere revenderles ahora otra burra: las nacionalidades históricas y una azada para que caven en el huerto de toda la vida lo del turismo rural. Petróleo no van a encontrar, pero tal vez encuentren un maná presupuestario en los impuestos de todos. Mientras en Europa se está haciendo una concentración parcelaria a lo bestia, con la integración de los países del Este, en España los tractores están arando marcha atrás o, como quien dice, reculando como la burra. Con España como en los minifundios de a principios de hace dos siglos: la cabeza cae en Cataluña, las ancas en Euskadi y, como no cabemos, los demás a emigrar.

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