Diario de León

SIETE DÍAS

¿ Nos cortan las alas?

Publicado por
FERNANDO ALLER
León

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JUAN JOSÉ LUCAS solía decir con frecuencia que esta comunidad autonómica no se puede permitir el cierre de ninguna «gatera», tal es la precariedad en la que nos encontramos. Cuatro gatos en cualquier otra parte de España, en León pueden representar una auténtica muchedumbre cuando al empleo se refiere. Así que no se puede hablar con desprecio de quienes crean algún puesto de trabajo y persiguen el desarrollo de la provincia, por más que también sea a costa de ayudas y prebendas públicas. Son las reglas del juego en un momento delicado y extremadamente competitivo de la actividad económica. Por eso no se entiende muy bien la posición del PSOE leonés, que ha arremetido contra Lugun Air tras haber anunciado la compañía aérea que el agua ya le llega al cuello y que la única posibilidad de continuar flotando pasa por el incremento del número de pasajeros que utilizan sus aviones. Creen los gestores de la empresa que se puede conseguir el objetivo de la rentabilidad si se amplía el horario de aterrizaje (lo que teóricamente se traduciría en el aumento del número de pasajes vendidos) y si se llevan a cabo una serie de mejoras en el aeropuerto que permitan reducir los costes de mantenimiento de los aviones y de explotación de la sociedad. La respuesta la tiene la sociedad que gestiona los aeropuertos españoles, Aena, que depende del Ministerio de Fomento. Lagun Air había anunciado la clausura de sus vuelos para el pasado día 6. Fue entonces cuando el director general de aeropuertos de Aena visitó León y prometió acelerar las respuestas a los problemas planteados. La compañía aérea decidió aplazar hasta el día 15 su disolución, en la confianza de que nuevos empresarios aporten el capital suficiente para sobrevivir en la difícil travesía que requiere el asentamiento de un proyecto empresarial de esta envergadura. León es una plaza difícil. Entre otras cosas, porque no hay tradición y aún falta tiempo para que los de aquí nos acostumbremos a utilizar el avión para salir fuera y tiempo también y acciones de márketing es lo que se necesita para que quienes nos visitan conozcan que pueden llegar por el aire. Tres anécdotas pueden ilustrar la doble vertiente de nuestra situación. El día 12 de octubre el vuelo de Palma de Mallorca a León llegaba casi al completo. El avión transportaba a personas que habían viajado desde León para pasar el puente de Pilar en las Islas Baleares, asistentes a un congreso de donantes de sangre y pasajeros menos esporádicos debido a su actividad profesional. Una señora comentaba en voz alta que aún no se podía creer que esto fuera León, dudaba, pese a estarlo viviendo, de que nos hubiéramos incorporado a la modernidad en el transporte y hacía una reflexión en voz alta: «Tenemos que viajar más para que no nos lo quiten». María Antonia Iglesias viajaba a León para presentar un libro en el Club de Prensa del Diario de León. Lamentaba el largo viaje que había previsto en tren desde Barcelona y su sorpresa y alegría fueron parejas cuando le dijeron que existía comunicación aérea. No lo sabía y ni siquiera lo soñaba. Alicante. Alguien con familia en nuestra provincia, pero que vive fuera, escuchó por megafonía el anuncio de embarque para el vuelo de León. Creyó que no había oído bien y pensó que seguramente se trataba de Lyon (Francia). Cuando el anuncio fue reiterado, se acercó al panel luminoso para comprobar que no era su oído el confundido. Por eso resulta sorprendente los argumentos esgrimidos por el diputado socialista Agustín Turiel. El expresidente de la Diputación, y precisamente máximo impulsor del aeropuerto en su gestación, afirma que Lagun Air ha empleado mal sus recursos, motivo por el cual el nivel de ocupación de los aviones es muy bajo, inferior a la otra sociedad que también opera en León. Olvida que Air Nostrun sólo tiene vuelos con Madrid y Barcelona, mientras que Lagun Air desde un principio apostó también por destinos con mayor riesgo empresarial, como Vigo o Bilbao, seguramente en el convencimiento de poder modificar con mayor rapidez los hábitos de viaje de los leoneses. Uno no tiene la formación académica ni profesional del señor Turiel en materia económica, así que nunca entraría en polémica sobre estos asuntos. Pero tal vez el portavoz socialista debería reflexionar sobre algunas cuestiones dignas de tener en cuenta: Primero, Air Nostrun tiene el soporte económico de Iberia y, consecuentemente, en una guerra por la exclusividad (el monopolio es la ambición de cualquier empresa) siempre se llevará la mejor parte. La capacidad de resistencia en ocasiones es determinante en los negocios. Segundo, Lagun Air realizó una apuesta generosa, sin duda no rentable en el corto plazo. Tercero, lo peor que nos puede ocurrir a los leoneses es que una sociedad intervenga en régimen de monopolio. Por el contrario, un aeropuerto en mejores condiciones, similar al de Valladolid o al de Avilés, por citar únicamente los más próximos, permitiría la llegada también de compañías de bajo precio y el aterrizaje de aeronaves de mayor tamaño. ¿Alguien puede explicar, por ejemplo, porqué los jubilados leoneses que utilizan las ofertas de vacaciones del Inserso han de ser trasladados en autobús hasta los aeropuertos de Valladolid y Asturias? Lo que ocurre es que en León los proyectos se desarrollan tan despacio, con tal parsimonia, que cuando llegan, ya resulta tarde. Ya se sabe que los fracasos son huérfanos y los éxitos tienen mil padres. Probablemente este sea el motivo por el cual el PSOE leonés ha lanzado precipitadamente a Turiel a buscar culpables fuera, no sea que alguien pueda pensar que lo que para otras comunidades se otorga sin recato, para León se da con cicatería. Asegura el ex alcalde Francisco Fernández que el director general de Aena vino a León por encargo de Zapatero y anuncia que, también por mandato del presidente, en los próximos días podría visitar León la ministra de Fomento. Estaría bien, para variar, que Zapatero enviara a alguien solvente para concretar algo sin esperar a que surjan las crisis. Y aún así, que tenga cuidado con el ministro al que elige. Habría que recordarle a nuestro paisano presidente el feo que le hizo el ministro Montilla, que supuestamente venía a calmar los ánimos de la ciudadanía sobre el progresivo espíritu de excepticismo que se está gestando en torno al proyecto del Inteco. El ministro de Industria llegó a León y se limitó a decir que una cosa son los programas electorales y otra diferente la acción del Gobierno. A todos nos dejó cariacontencidos. Con este espíritu tan poco propicio al desarrollo de León, no es de extrañar que nada se sepa de aquella comisión interministerial que, prometida y presidida por el propio Zapatero, debería haber concluido en diciembre la redacción del proyecto del centro nacional de comunicaciones. Comienza el año con nieblas y el mismo manto de frío pesimismo bloquea los aviones y oculta mejores horizontes.

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