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¿Quién representa a León? Los otros 11-M

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LA PLATAFORMA Pro Identidad Leonesa ha presentado una denuncia en los tribunales sobre el cúmulo de falsedades que La Fundación Villalar, pagada con dinero público, viene cometiendo sobre la historia y la identidad leonesa. En concreto se refiere a lo que esta Fundación divulga a través de su página en Internet en sus apartados de historia y de geografía. La demanda se justifica en base al derecho de rectificación. El objetivo de esta Fundación es crear lo que no existe, un sentimiento de identidad con un ente autonómico que nos ha sido impuesto antidemocráticamente a los leoneses y que ha contado con la oposición tanto de sus instituciones (pronunciamiento contrario de la Diputación de León de fecha 13-1-1.983) como de la población que así lo ha expresado en las mayores manifestaciones de la historia leonesa de manera reiterada. La propia existencia de esa Fundación si algo proclama es la inexistencia de esa identidad castellano-leonesa. Es desde esa constatación sobre la que se gesta la creación de esa institución. Claro que para alcanzar su meta lo primero que hay que conseguir es destruir cualquier elemento que se considere diferencial. ¿Qué para ello hay que decir que la Región Leonesa es una pura invención? Pues se dice, no importa, la vara de medir no será la de la veracidad o no de las cosas. No es la ciencia la que se persigue es adaptar la historia a un objetivo político. La bondad o no se medirá en su contribución a alcanzar ese determinado objetivo. No deja de ser llamativo que ante la denuncia presentada por la Plataforma Pro-Identidad Leonesa desde la Fundación Villalar no se entre en un debate sobre los contenidos. No se entra a discutir si lo que se indica desde la citada Plataforma se ajusta o no a la veracidad histórica. No intentan ni tan siquiera defender lo que escriben y divulgan a través de libros de Internet¿. Desde la Fundación Villalar la defensa que se hace ante la demanda de rectificación es ¿Quién es la Plataforma Pro-Identidad Leonesa para exigir ese derecho de rectificación sobre temas de León? Entienden que sólo son sujeto de rectificación las personas directamente aludidas y claro como Ordoño II no puede demandar una rectificación entonces nadie puede hacerlo. Por otra parte plantea un debate que nos parece muy sugerente ¿Quién representa a León y a los leoneses? ¿Se puede cometer cualquier tipo de tropelía (que no se entra a discutir) por cuanto los leoneses carecemos de instituciones que nos defiendan ante esos hechos? ¿Qué hacen nuestras instituciones y partidos políticos en defensa de nuestra identidad histórica y cultural? ¿La contestación de La Fundación Villalar a la Plataforma sería la misma si viniese respaldada por la Diputación de León, el Ayuntamiento, los partidos políticos¿?. ¿Saben que entre los compromisos políticos que firmaron PP, PSOE y UPL en el Acuerdo por la Identidad Leonesa se encontraba precisamente este tipo de cosas? ¿Están dispuestos a respetar lo firmado y apoyar esa demanda judicial o prefieren callarse, no darse por enterados y minar aún más su ya débil credibilidad social? Decir como mantiene Julio Valdeón que «en el año 1.230 bajo la batuta de Fernando III, Castilla y León se unieron con carácter definitivo» es ocultar deliberadamente que en esa unión subsisten las divisiones de «León, Galicia, Castilla, Andalucía o Frontera y Murcia en las que según que momentos históricos estará al frente un Adelantado o un Merino Mayor». El autor vallisoletano mantiene que el símbolo de esa unión es «la presencia inseparable de castillos y leones en los privilegios rodados, los escudos o la ornamentación de las iglesias». Luego según su interpretación Comunidades tan «históricas» como Galicia o Andalucía que estando presentes en ese ámbito territorial no alcanzaban a entrar en su denominación ni en sus símbolos, ¿que debería pasar con ellas? ¿deberían integrarse como «castellanas»?. El hecho evidente es que el que León estuviese presente en esa denominación y en los símbolos era un signo claro de diferenciación y no de unidad. Desde luego esa unidad era sensiblemente menor que la que podía tener Andalucía, Galicia o Murcia a las que ahora nadie parece discutir su carácter diferencial. La Fundación Villalar y autores como Julio Valdeón no entrar a discutir o debatir ese tipo de cosas, simplemente las ocultan y difunden a las nuevas generaciones una historia falsa y atentatoria de la identidad leonesa. Todo ello desde una cierta pasividad de las instituciones leonesas. Es necesario reaccionar, ser coherentes con lo que los partidos han firmado y respaldar las iniciativas como las que han surgido desde la Plataforma Pro-Identidad Leonesa. Los leoneses debemos tener representantes que nos defiendan y no sean pasivas ante la injusticia y el deterioro de León y lo leonés. Si lo son, ellos también serán culpables. En definitiva demandamos de partidos e instituciones que den su respaldo a la Plataforma y que de esa forma digan a la Fundación Villalar que León si tiene representantes que le defiendan. Aprovecho la oportunidad y el espacio que me brinda el periódico que usted dirige para denunciar ante la opinión pública lo que justificadamente considero una situación de abandono a la que nos vemos sometidos los vecinos de Igüeña. Aunque la lista de reivindicaciones es extensa, quiero hacer hincapié sobre el lamentable estado en el que se encuentra la principal avenida que discurre desde la entrada del pueblo hasta la salida en dirección a Colinas. Después de que hace un año las máquinas levantaran el asfalto para efectuar un cambio de tuberías, alguien parece olvidarse de que una obra pública finaliza cuando se extiende la última capa de asfalto. Este «olvido» ha tenido como consecuencia el padecimiento, durante todo un año, de un ambiente irrespirable de polvo al menor golpe de viento y un auténtico lodazal prácticamente intransitable para vehículos y peatones cada vez que llueve o nieva. Desde este bello rincón del Bierzo Alto hago un llamamiento a las autoridades competentes para que, además de buenas palabras y falsas promesas, se pongan manos a la obra y den una solución urgente a este problema que tan negativamente afecta al vecindario y a sus visitantes. Fernando García Sabugo (León). El Quijote y su magia En un lugar de la lengua de cuyo nombre nos acordamos continuamente durante este año, vive desde hace cuatro siglos una de las cumbres de la literatura española. La imagen del Caballero de la Triste Figura cabalga por todo el planeta convertido en símbolo, en mito, en tratado filosófico condensado entre caballero y escudero. Señor de las utopías, deshacedor de entuertos por todas las Dulcineas que en el mundo han sido, se enfrenta desde entonces a gigantes y molinos, loco y lúcido a partes iguales. El despliegue de celebraciones con motivo del IV centenario del Quijote está multiplicando su presencia en todas las manifestaciones del arte, la cultura, el ocio y el comercio. La figura gigante de un creador Miguel de Cervantes, lo merece. Y lo merece el libro que pretendiendo parodiar las novelas de caballerías, de moda en su tiempo, se convirtió en la más grande de ellas, pero con hondura y calidad que trascienden los tiempos y las fronteras. Así, de entre sus páginas ha salido un personaje que ya tiene vida propia. Admiradores y detractores glosan su personalidad y analizan en sus rasgos las profundidades del ser humano, porque Don Alonso y sus aventuras caballerescas son la disculpa para bucear en uno mismo, en las propias contradicciones y en la sociedad por la que cada uno cabalga. El Quijote es todo un monumento escrito en español. De la magia del Quijote a la magia de la lengua y al milagro de la comunicación humana. Anatolio Calle. (Navatejera). En el Diario de León del pasado 25 de febrero leo un artículo de Joaquín Cuevas Aller que titula: «Genocidio en León». En él dice: «Sus habitantes eran cántabros y autigrones (los actuales vizcaínos) y su lengua el vascuence». Sería interesante que Joaquín Cuevas Aller demostrara lo que de forma tan rotunda afirma. Mientras tanto, recomiendo la lectura del libro: «Aspectos históricos, religiosos, lingüísticos y tradicionales de Cantabria». En el apartado 2, titulado «Cántabros y Autrigones» se recoge, entre las páginas 21 y 56, las opiniones sobre estos pueblos y sus hablas, de diversos autores: Manuel Gaud, María Teresa Echenique, Joaquín González, Luis Michelena, Julio Caro Baroja, Solana Sainz, Gregorio Monreal, A. Tovar, Javier de la Hoz, Isabel Echevarría Isusquiza... Nadie demuestra, ni afirma con pruebas, que los Cántabros o Autrigones hablaran «vascuence». Y no conozco a nadie que lo haya demostrado. Por otra parte, las características de las hablas conocidas como leonesas-montañesas y asturianas, están mucho más representadas en la toponimia de Cantabria y las Encartaciones (actualmente Vizcaya) que en León. Como puede verse en el libro «Primer diccionario toponímico de las hablas leonesas-montañesas/ encartadas y asturianas de Las Encartaciones, Cantabria, Las Merindades, Asturias y León». Txomin Etxebarría (Basauri). Antonio (León).

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