Plan de prevención

EL INSTITUTO Nacional de Meteorología no es traidor y avisa: las temperaturas de este verano van a ser superiores a los que ellos llaman valores normales, o sea que vamos a sudar la gota gorda, en especial en la mitad sur de la península. Aunque sólo subieran un grado nos aplicarían el tercer grado. En vista de eso se ha activado el Plan de Prevención, con sus coloreados niveles de alerta -verde, amarillo, naranja y rojo- según el riesgo. Al parecer, quienes afrontan mayor peligro somos los viejos, seguidos por los niños y los enfermos crónicos. Se estaba viendo venir y ya ha llegado. No es cierto eso de que todo el mundo le hace caso a los barómetros menos el tiempo. Comparados con los políticos, los barómetros no mienten nunca, lo que ocurre es que a veces pueden despistarse algo. El pasado verano, ¡qué pena que los veranos pasen!, que fue bastante suave, cascaron 13 personas en Canarias debido al viento del Sáhara y hubo 26 muertos en el resto de España. Hay que tener en cuenta que no todo el mundo soporta la subida de temperatura ambiente con la misma entereza. Quejarse constantemente no sólo es funesto, sino contraproducente. Estoy convencido de que cada vez que alguien dice ¡qué calor hace! sube la temperatura un grado, y si dice ¡ojú, que calor hace! sube grado y medio. Lo mejor es no decir nada, ni tomar horchatas. Tampoco hay que usar abanicos. Es altamente preferible que los use la persona que está a nuestro lado, ya que la brisa que producen es exactamente igual a la energía que se origina al agitarlos. Además, hay que considerar que hay caras muy apropiadas para pasar calor. Rostros como botijos o como televisores, sólo aptos para los más crudos días de invierno. Hay quien distingue entre el calor que fríe, el calor que asa y el calor que cuece. Me quedo con los tres. Cualquier cosa antes que pasar frío. 1397124194