Diario de León
Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

Creado:

Actualizado:

HA COSTADO algún trabajo y algún rencor, pero hemos llegado a un punto donde hay que pedir permiso para hablar en español, o sea, en el castellano de toda la vida, que tanto conocimos, o no, a través de don Miguel de Cervantes. He tratado inútilmente de dominar un sólo idioma: el que por fortuna hablan cuatrocientos millones de seres humanos, aunque no todos lo escriban. ¿Cómo puedo aceptar que me haya servido para entenderme desde Tierra de Fuego a las regiones australes y no sea válido para hablar con mis amigos catalanes? La Generalitat de Cataluña trata de imponer algo que no se obliga, sino que se consigue. ¿Qué más quisiera yo, que nunca podré escribir como Joseph Plá en ningún idioma, que hablar como él el catalán? Es curioso, además de tristísimo, que en un país de distancias tan íntimas como España nos esté separando el idioma. Hay compatriotas que son perseguidos por utilizar el lenguaje con el que les hablaba su madre, que es la primera madre patria. Hubo un tiempo en el que mi inolvidable Dionisio Ridruejo, que ha sido el único político que he visto cambiar para perder, sembró Cataluña de letreros conminando a sus habitantes a hablar «la lengua del Imperio». Entonces el Imperio era la cartilla de racionamiento y el gasógeno. Un error. A rectificarlo dedicó el resto de su vida. ¿Cómo ahora hay gente que se esfuerza en caer en la equivocación inversa? Un vasco, don Miguel de Unamuno y de España, nos aconsejó tener fe en la palabra, que es la cosa viva. «La lengua de los sabios está en su corazón y la de los necios en su boca», se lee en el Eclesiastés. Parece que es verdad eso de que por muchos idiomas que se dominen, cuando uno se corta al afeitarse, que ocurre cuando uno se levanta con la cabeza no demasiado despejada, siempre utiliza la lengua materna. De lo que se trata es de no excluir a nadie que se haga sangre y de no obligarle a que se deje la barba. La lengua es «la sangre del espíritu» y sirve para hacer transfusiones.

tracking