Atormentado Piqué

NADIE SE HABÍA tragado la rueda de molino de que la concentración del PP no era contra el Estatuto de Cataluña. Que digan lo que quieran pero, por favor, que no pretendan hacernos pasar por tontos a los españoles. Hasta Josep Piqué ha tenido que reconocer que el acto tuvo su origen en el Estatuto. Es que los dirigentes del PP habían intentado desvincular ambas cosas en los diez o doce días que precedieron a lo de la Puerta del Sol, después de haber predicado por activa y por pasiva que se iba a celebrar una manifestación contra el proyecto de Estatut. En cualquier caso, 47.000 personas es muy poca gente si se tiene en cuanta que venían simpatizantes de toda España y que ellos dicen tener 600.000 afiliados. Los cálculos que se hicieron algunos medios sobre asistentes a estas manifestaciones son los más científicos y fiables que se conocen. Por ello, decir luego que el Gobierno tiene que escuchar el clamor masivo del pueblo son ganas de hacer reír al respetable. 47.000 personas estaría muy bien para la convocatoria de un partido pequeño o de ámbito local, no para un partido tan importante como es el primero de la oposición y que ya estuvo ocho años en el poder. De todos modos, siempre son muchos asistentes cuando se trata de manifestar algo tan reñido con el respeto democrático y con el sentido común, aunque los asistentes no tienen la culpa, sino que son muy disciplinados y se dejan llevar por los gritos de los convocantes. Quien tiene que llevar una vida muy atormentada es Piqué, entre la espada de su partido y la pared del respeto democrático. Por eso incurre en contradicciones de forma permanente.