Cortijo, en la memoria

P asa la vida entre nosotros con sus buenos y malos momentos y siempre está él. Confías, lo das todo, lo aguantas todo, la entregas todo y lo esperas todo. Amar dicen que es dar sin esperar nada a cambio, ¡qué os parece!, ¡el amor! Je, je... con perdón pero me río del amor. En este mundo donde en realidad siempre se espera recibir a cambio, donde todos esperamos todo... y egoístas de nosotros celebramos San Valentín como si de verdad amásemos a alguien, ¡pero cómo vamos a amar, si no nos amamos a nosotros mismos! El amor no existe, que me perdonen aquellos que celebran el día 14 de febrero pero mi experiencia ya no me lo permite. Hay que ser francos y pararse a pensar, meditar... mirar el pasado y mirar a nuestro alrededor. Pero, por favor, si medio mundo está matando al otro medio. Cómo podemos hablar de amor en esta vida donde todo lo mueve el dinero, el poder, los intereses... ¿Palpitará mi corazón otra vez para amar? ¿Volverá algún día el gusanillo a mi estómago? En este momento de mi vida por confiar en el amor siento como si una mano hubiera cruzado mi pecho, me arrancara el alma y me la estrujara hasta dejarla sin una gota de aliento. Aquella niña se fue, aquel ramo de flores encima de la cama ya no está, no lo quiero, no creo en él, no creo en el amor. Gracias a los que habéis roto mi corazón y me habéis llevado a la realidad. Lilián ( Santa María del Páramo). 1397124194 Cataluña, tierra de acogida para todos Aunque leonesa de nacimiento y de corazón, también soy catalana de adopción y de sentimiento. Me entristece mucho leer cartas en las que, a propósito del Estatut y de otras cuestiones, se dice que «todo irá para Catalunya», «nos arrebatan los papeles de Salamanca», etcétera. Catalunya es tierra de acogida. Aquí no te preguntan de dónde vienes o cómo te apellidas. Lo que importa es tu proyecto, tus ganas de integrarte. Las únicas personas que he conoci do desconten tas son las que vienen a vivir aquí sin respetar esta cultura y despreciando el idioma; las que les molesta la diferencia. Dicen que «Catalunya lo quiere todo». Pero si esta tierra tiene un déficit fiscal muy importante; tanto que cada año vamos más para atrás. Eso se debe al gran esfuerzo fiscal de solidaridad, cuando aquí tenemos más pobres que habitantes tiene Extremadura, o tenemos que mendigar para conseguir un aeropuerto que no sea tercermundista. Por el contrario, nadie cuestiona el régimen fiscal de Navarra y País Vasco; que allí no aportan a la solidaridad. Resulta realmente curioso. En cambio en Catalunya hemos tenido que sufrir boicots, insultos e incluso no nos atrevemos a salir con un coche con matrícula de Barcelona (es un ejemplo). Parece ser que es mejor defender una España imperial, centralista y que defiende unos documentos incautados (mucho de ellos privados) utilizados para perseguir a «desafectos al régimen» Manuela (En la edición digital diariodeleon.es). Un español nacido el año 1906 pregunta a todos los compatriotas: ¿Cuánto pagaron los que declararon la Guerra Civil por los daños causados a la nación y a todos los españoles? ¿Habrá alguien en el mundo que sea capaz de tasarlos? Ahora, la tercera generación de los culpables de aquel desastre son los que acusan al presidente porque está aflojando las tuercas para ganar tanto la guerra interna como la externa y ganar la paz general. ¿Dónde está la razón? ¿En los pacifistas o en los guerreros? Si conservan la memoria podrán saber elegir cuando tengan que votar? José Pacios Franco (León)