Diario de León

TRIBUNA

Santa Marta y su monumento eucarístico

Publicado por
Eduardo Álvarez Aller
León

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JUEVES Santo. Tarde eucarística y sacramental. Día del Amor Fraterno. Jornada de lavatorio y de Oficios. Tarde-noche de sensaciones olorosas y visuales; flores, cera, aromático incienso, velas con chispeantes llamas¿ Uvas, trigo, vino y pan. Cantos gregorianos: «Tantum ergo Sacramentum Veneremur cernui¿» que resuenan en las bóvedas de las iglesias e inciensan con sus melodías al Monumento. A media tarde todas las iglesias y capillas conventuales se convierten en Tabernáculo, por lo que serán el marco ideal para un arte efímero en el que se cuida cada detalle porque será donde se aloje el Santísimo Sacramento. Son los Monumentos que tanta importancia tuvieron en otras épocas y en otras liturgias. Altares en los que se ha puesto especial esmero en levantarlos y adornarlos, porque ante ellos pasarán muchos fieles siguiendo la tradición de la visita a las iglesias, para desgranar un rosario de letanías y oraciones. Visitas que en número de siete rememoran los pasos que dio Cristo en su pasión. Es una tarde, la del Jueves Santo, en la que el reloj de la Catedral parece detenerse. Hasta la luz del sol se hace perezosa y los últimos rayos -los más lumínicos de todo el día- quieren iluminar con sus tonos cálidos la procesión presidida por el grupo escultórico que concibiera el santoñés Víctor de los Ríos: la Sagrada Cena. Movimientos lentos, pausados y revestidos de blanco y rojo sangre. Colores litúrgicos, sin duda, que todos los hermanos de Santa Marta visten para conmemorar la Institución Eucarística. La hermandad de Santa Marta y de la Sagrada Cena levanta su propio Monumento en la plaza de Regla año tras año desde el lejano Jueves Santo de 1950. Un Monumento eucarístico móvil que solemnemente y con verbo fácil transmitirá el sagrado mensaje de la Eucaristía. Cáliz, pan, uvas y trigo. Paso de la Sagrada Cena, Altar, auténtica glosa eucarística. Todo ello jalonado con el misterio de la Redención: el Vía Crucis que figura en la carroza sobre la que se sienta el apostolado. Minutos antes de que la procesión inicie su caminar, ante el paso de la Sagrada Cena, el ara de la Semana Santa leonesa, se bendice el Pan presente en la Mesa del Señor. La Procesión cuenta con otros tres pasos que están incardinados perfectamente en la iconografía que procesiona la Hermandad, desde los pasajes acaecidos en el aldea de Betania hasta la trascendencia de lo ocurrido en la Última Cena. Tras el guión de la corporación los braceros mecen la Unción en Betania. Marta servía, y Lázaro era uno de los comensales. María por su parte, tomó una libra de perfume de nardo puro, de gran precio, y ungió los pies de Jesús, enjugándolos luego con sus cabellos, por lo que la casa se llenó de perfume. Juan 12, 2-4. La Hermandad toma como lema las palabras «Unum est necessarium» que hacen alusión a lo ocurrido en la Casa de Betania que es el segundo grupo escultórico que aparece en el cortejo de los papones de blanco y rojo sangre. Marta que andaba afanosa en los muchos quehaceres, se paró y dijo: «Señor, ¿te parece bien que mi hermana me deje sola con las faenas? Dile que me ayude» El Señor le contestó: «Marta, Marta, tú te preocupas y te apuras por muchas cosas, y sólo es necesaria una. María ha escogido la parte mejor, y nadie se la quitará. Lucas 10, 40-42. Versículos que se hacen imagen de la Hermandad en la medalla, en el guión y en este paso que es la penúltima obra que talló Víctor de los Ríos para la Semana Santa legionense. Cuando este año de 2006 esté en su ocaso se cumplirán diez años de la desaparición del ilustre escultor. Desde 1998 los momentos previos a la Santa Cena quedan reflejados en el Lavatorio. Se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la ciñó. Luego echó agua en un barreño y comenzó a lavar los pies de sus discípulos y a enjugárselos con la toalla que se había ceñido. Juan 13, 4-5. Cerrando el desfile procesional: el monumental paso de la Sagrada Cena anuncia la traición de Judas. «Os aseguro que uno de vosotros me entregará». Los discípulos se miraban unos a otros, pues no sabían de quién hablaba. Juan 13, 21-23. Sentimientos, miradas, actitudes¿ diferentes hacia un mismo motivo. Una vez que los de Santa Marta han llevado el Evangelio al pueblo de León, con el mismo espíritu servicial de la Santa Patrona de la Hostelería, reparten el pan a cuantos se acercan a degustar el bendito manjar que proporciona la sexagenaria Hermandad. Entonces todos los hermanos dirán en su interior «Santa Marta... Ruega por nosotros» y ante las luces y sombras de la Pulchra Leonina todos ellos pedirán, a buen seguro, que el próximo Jueves Santo puedan estar a media tarde alrededor del santo y seña de la Hermandad, la Sagrada Cena, para disponerse a transformar las calles de la Ciudad en el Cenáculo del Señor. Como colofón queden aquí cincelados estos versos de Máximo Cayón Waldaliso: Noche azul de Jueves Santo/ resplandor de luna llena/ y, como supremo encanto/ sale la Sagrada Cena. / Todo León va escoltando.

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