Escepticismo nacional

MUY CERCA del 50% de los españoles no cree, o cree muy tibiamente, en que ese alto el fuego acabe definitivamente con la violencia en el País Vasco. Pero frente a ese sector, un 43% confiesa haber recibido con esperanza la decisión de la banda terrorista. Aunque sea mayor el número de escépticos, es muy notable el de esperanzados. Hay un 42,3% de españoles que ven «muy» o «bastante» posible que tras el cese de atentados pueda llegarse a una solución definitiva al problema de la violencia en Euskadi. La sociedad está, pues, dividida entre optimistas -este 42,3%-, esperanzados, el 43 %, y los escépticos, el 50%. Todos estos datos proceden del último barómetro del CIS, realizado entre los días 24 y 30 de abril pasado. Parece saludable que nuestra sociedad desconfíe mayoritariamente de las intenciones de ETA y atribuya a la eficacia policial el mayor mérito en el debilitamiento de la banda. Porque la banda debiera interpretar este barómetro como un clara advertencia ciudadana: si se rompe la tregua, la acción de las fuerzas policiales contra el tinglado terrorista, la de los jueces contra los pistoleros o dinamiteros capturados, y la colaboración entre todas las policías del mundo contra el terrorismo acabarían asfixiando definitivamente a una ETA que, según abundantes prospecciones, necesitaría disolverse. La reciente entrevista de dos encapuchados al diario Gara ha enfriado muchos ánimos y aconsejado al Gobierno el reenvío a ETA de un contramensaje: el de que todavía no se sabe si la banda quiere abandonar la violencia. Eso hay que verificarlo, y se está en ello. Esa labor se está realizando sin pausas y sin prisas, lo que a alguien en la dirección etarra le habría aconsejado expresar en un periódico, a través de dos capuchas, condiciones políticas. Es cosa de los nervios, y muchas reacciones nerviosas se verán durante el proceso hacia la paz si se inicia y desarrolla. Y hay en este barómetro del CIS el dato sobre la intención de voto, en la que la proximidad del PP al PSOE es llamativa, por lo exigua, dos puntos y una décima. El PSOE ha mejorado medio punto respecto al pasado enero, pero del empate técnico con los populares no se despega, según estos sondeos de carácter oficial, pues en la demoscopia privada hay resultados para todos los gustos. Y la encuesta oficial sugiere que el PP no se descuelga en expectativas electorales. Esta consistencia del PP da a alguna de sus opiniones suficiente fuerza para que sean respetadas, y así ha accedido Zapatero a convocar el Pacto Antiterrorista mientras informa telefónicamente a Rajoy. Y al mismo tiempo la incredulidad del PP en las intenciones de ETA, sean malas o peores, no crea prosélitos en el Gobierno, pero evita que desde el Gobierno haya cualquier desbordamiento de optimismo. Optimismo que ahora no viene a cuento.