Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

El recurso al Estado

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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FUE un día luminoso, casi de cristal. El valle de Fenar lucía sus mejores redondeces. Merecía un día semenjante nuestro amigo César González, quien ayer nos obsequió a los miembros de la Concordia, de la que forma parte, con un almuerzo para enmarcar: en el comer y en beber. Abandoné la tertulia con harto dolor de corazón, que dicen los clásicos del protocolo. El deber esclaviza. Debía asomarme al balcón para contarles pequeñas minucias que, tal vez, en la síntesis del coloquio, no superaban el listón. Voy a contar mi reflexión desde Robledo a León en voz alta. En esta España que parece que no es capaz de discurtir nada más que cuestiones territoriales, cada vez se oyen más tonterías. Si hace un par de días comenté las declaraciones del consejero de Justicia del Gobierno vasco, Joseba Azkárraga, ejemplo inmoral del nacionalismo, hoy podría decir lo mismo de la consejera de Interior de la Generalitat, Monserrat Tura. Ante la oleada de robos en chalés y urbanizaciones, su principal respuesta es que los ciudadanos tienen que protegerse mejor. Evidentemente, ante su argumentación, debemos concluir: no es necesaria ninguna consejera ni pagar ningún sueldo. Por fortuna, o de todas las maneras, el Gobierno ha decidido enviar a 300 guard ias civiles para reforzar la seguridad y detener a las bandas.Queda probado que, cuando las cosas se ponen feas, el Estado es el Estado y no chiringuitos particulares. Otros que están rayando en el ridículo son los dirigentes de la Junta de Andalucía. En su proyecto estatutario quieren apropiarse del río Guadalquivir. Vamos, como que fuera bebible. Ya son muchos los asuntos en los que no está claro que la gestión autonómica mejore a la estatal. Aquí, en Casilla y León, los ponentes del nuevo Estatuto también miran al Duero. Al río que, dijo el poeta, nadie se detiene a oir su eterna estrofa de agua. De lo que n o cabe duda alguna es que, con este Gobierno, el Ministerio del Interior funciona a destajo. El leonés José Antonio Alonso no se lo ha puesto fácil a Rubalcaba. El golpe a la mafia del dopaje deportivo se produce a la semana siguiente de desenmascarar a los Afinsas y Fórum Filatélicos. Antes se lo habían asestado a las mafias de pornografía infantil, de piratería informática, blanqueo de dinero, etc., etc. Desde Interior se ha mirado con ojo de águila donde antes imperaba la ceguera. El ex-ministro Acebes, en un ejercicio de desvergüenza política, ha dicho que nuestro país era algo así como un coladero. Él no le puso freno al desmadre. Ahora ejerce de trilero de la verdad. Lo cierto es que esta España nuestra, que cantaba Cecilia, es muy distinta de la que conocimos en otra época. Se palpa atravesando el valle del Fenar, con las majestuosas instalaciones cementeras. Lo pregona Vargas Llosa en cada acto de promoción de su último libro, con una niña mala de protagonista. Vargas Llosa llegó a nuestro país en la década del 50, cuando a este país le arrugaba la tiranía y el subdesarrollo. Hoy le fascina. Y a nosotros también. La mejor prueba es que hace muy poco era impensable que un español dirigiera el Instituto Max Planck. Él es Juan Ignacio Cirac, 42 años, avalado por seis premios Nobel, y sabio en física cuántica. Le han concedido el Premio Príncipe de Asturias Ay, si yo supera lo que es la competición cuántica.

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