Un drama personal y una solución

ES MUY difícil de imaginar el drama interior que ha afectado hasta ahora a los transexuales -personas que se sienten de un sexo distinto al biológico- cuando, en cualquier trámite en que han de acreditar su identidad, han encontrado un obstáculo con frecuencia insalvable, el de que su documento de identidad acreditaba una personalidad distinta de la propia. El anteproyecto de ley aprobado por el último consejo de ministros va a resolver este gravísimo problema. El Estado tiene la obligación de acoger a todos, incluso a las minorías más exiguas que encuentran una dificultad para integrarse. De hecho, ciertas objeciones que se han planteado -la dificultad de decidir quién debe cachear a una de estas personas en un registro policial- obligan irremisiblemente a esbozar una sonrisa.