La verdad

AL MENOS un vuelo secreto de la CIA anduvo por Peinador. Con sus espías y todo, como si fuera una película de Mackenzie o de Hitchcock. Los vuelos secretos sobrevolaron nuestras cabezas, y recalaron en Vigo, pero aquí nadie se enteró. Resulta un poco difícil de creer, pero es así. Tanto CNI, tanto radar y tanto agente secreto y tenemos que enterarnos meses después por los periódicos. Y es que lo de los periódicos no tiene arreglo. Felipe González supo por los periódicos que había por ahí unos tipos disparándoles a otros que se ocultaban bajo las siglas de los GAL. Su sucesor conoció el naufragio del Prestige también por los periódicos, con retraso, eso así. Y debió de dejar de leerlos porque no se enteró que el 92% de los parroquianos estábamos contra la invasión de Irak. No los leyó y así le fue. Y ahora Zapatero y los suyos se enteran de los vuelos secretos, también por los periódicos. Dicen que no tenían ni idea de que ocurriesen esas cosas. Nos resulta difícil de entender, y mucho más de aceptar, que unos agentes secretos de la CIA aterricen en Vigo, se paseen por Vigo, cenen en Vigo, duerman en Vigo y reposten en Vigo y que nadie lo sepa. Nos resulta inadmisible que un Gobierno democrático, leal y amigo, como es el de Bush, no informase de tales actividades. Como nos resulta imposible de entender que otro Gobierno, como es el nuestro, pensase que los vuelos secretos andaban de acá para allá, paseándose por toda Europa, pero sin tocar a España, por aquello de que somos quienes somos. Lo grave ya no es que hubiera vuelos secretos sobre nuestras cabezas. Que también. Ahora lo que hay que saber es si nos están diciendo la verdad. Porque una de dos. O nos mienten, que tampoco sería extraño. O no se enteraron porque estaban en las Batuecas, que es donde están habitualmente.