Cortar las alas a Hamás

SI LOS seres humanos fuéramos sensatos, sinceros, coherentes y respetuosos con los derechos de los demás, nuestro planeta sería un lugar fantástico para vivir, ya que los conflictos armados nunca llegarían a producirse. Sin embargo, las personas somos imperfectas, egoístas, interesadas, no aprendemos de nuestros errores y a menudo mantenemos una ceguera tan absoluta que pisoteamos a los demás sin pensar en las consecuencias. Así cincuenta y ocho años después de que se reconociera por parte de la comunidad internacional, al Estado de Israel, y después de guerras, actos terroristas, ataques y contraataques, venganzas y represalias, cuando se observa cierta voluntad de alcanzar, si no un acuerdo de convivencia pacífica, sí una tolerancia no demasiado sangrienta, algunos incontrolados, cuya única razón de existir es mantener el caos, el desorden y el miedo, cometen un acto absolutamente insensato y desdicen el esfuerzo de muchas personas. Ocho radicales palestinos, vinculados, al parecer, a Hamás, asaltaron el domingo la base israelí de Telem, matando a dos soldados israelíes y llevándose a otro como rehén. Una actuación tan audaz como irracional, que no hace sino reforzar el carácter terrorista de Hamás poniendo en la picota la supervivencia de miles de ciudadanos que dependen de la ayuda internacional y la buena voluntad israelí. Es comprensible, aunque no aceptable, que dadas las difíciles circunstancias en las que viven, miles de jóvenes palestinos, con todo el tiempo del mundo para cultivar el odio y entrenarse en acciones terroristas, no puedan sustraerse a las ganas de atacar al enemigo que vive al otro lado del muro. Manipulados por aquéllos que saben que sin un enfrentamiento contra Israel su razón de ser desaparecería, la única forma para ir frenando sus actuaciones es seguir apoyando de forma decidida el trabajo de los palestinos e israelíes sensatos. Y, sobre todo, privarlos de argumentos, devolviendo los terrenos ocupados, facilitando el acceso a un trabajo digno y permitiendo la consolidación de Palestina. Que Israel no respondiese sería mucho pedir.