Cuba, pasado y futuro

LA GRAN noticia de este verano es la situación de Cuba ante la gravedad de Fidel Castro, a pesar del aislamiento en que ha permanecido durante casi medio siglo su régimen, enfrentado a EE.?UU. La Constitución de 1976 la define como un Estado Socialista de Obreros y Campesinos, basado en al existencia de un partido único, el Partido Comunista Cubano (PCC), cuyo líder Castro es también jefe de las Fuerzas Armadas. Cuba cuenta con una población de más de once millones de habitantes, lo que sumado a los casi cuatro millones en el exterior supone un potencial humano que le hace superior en población a importantes países europeos como Hungría o Portugal. Entonces podemos preguntarnos: ¿a qué se debe que Cuba sea la piedra en el zapato de la superpotencia norteamericana? Dos podrían ser las respuestas, una de carácter geoestratégico y otra, geopolítico. Respecto a la primera consideración hay que reconocer que la isla ocupa una posición estratégica dominante y constituye la llave para la entrada por mar del Golfo de México, situado a unas cien millas del territorio continental norteamericano de la Península de Florida, algo parecido a lo que son Córcega respecto a Francia, Sicilia respecto Italia o Mallorca respecto a España. En este sentido su valor estratégico para EE.?UU. es enorme y por eso declaró la guerra a España en 1898, apoyando la independencia cubana y pensando en dominar la isla para ponerla bajo su órbita de influencia. A pesar de ello, cubanos y españoles gozan de una relación especial que se ve reforzada en el caso de los gallegos. Geopolíticamente, Cuba es una gran potencia por su capacidad de influencia revolucionaria, si bien ya en el siglo XXI, está en declive. En tiempos de la guerra fría los soldados cubanos apoyaban regímenes africanos y americanos asumiendo el rol de Moscú, exportando la revolución; pero también se constituyeron en una base estratégica elegida por Moscú para la expansión política y militar soviética, aunque a punto estuvieron en 1962, con la crisis de los misiles, de provocar la guerra nuclear. Hoy, la Cuba de Fidel tiene una economía de subsistencia basada en el turismo y la exportación de metales estratégicos importantes, así como la ayuda económica venezolana. La cooperación política con el régimen de Chávez ha formado la Alternativa Bolivariana Americana (Alba) que pretende ser un eje regional al que se acaba de unir la Bolivia de Evo Morales. Por otro lado, China también está utilizando a La Habana como base de exportación de sus productos en la región latinoamericana. Cuba ofrece aquí y ahora enormes posibilidades para la inversión exterior; lo más difícil será cómo conseguir los permisos necesarios de las autoridades. España tiene una posición de gran ventaja si sabe cómo utilizarla adecuadamente. El futuro cubano presenta incógnitas a corto y medio plazo que muchos países están preparando desde hace tiempo para un posible cambio al estilo de China. Pronto asistiremos a una verdadera carre ra para instalar industrias en Cuba.