Diario de León

TRIBUNA

«Sé lo que hicistéis este verano»

Publicado por
JAIME LOBO ASENJO
León

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NO es el título de una película, no, esta Tribuna, trata de ser el relato de uno de los veranos más largos y calurosos que se recuerdan. Hemos sudado la gota gorda, y el día a día, nos deparó también, unas muy altas dosis de acontecimientos «calientes». Los medios de comunicación, no han tenido como antaño, necesidad de acudir a las clásicas serpientes de verano, para llenar los vacíos informativos que solían producir las vacaciones estivales. Ha sido el verano de la peor ola de incendios forestales en Galicia, donde en apenas quince días se calcinaron más de 85.000 hectáreas de bosque, incendios que pusieron al desnudo gravísimos problemas de descoordinación de las autoridades estatales del PSOE-Bloque y donde al dolor por las pérdidas humanas y materiales se unió la indignación por la ineptitud de los políticos, ineptitud que nos va a costar cara, ya que se calcula que la factura de los fuegos puede superar los 500 millones de euros. Ha sido el verano de la «invasión de los cayucos», embarcaciones cargadas de inmigrantes africanos indocumentados y, están empezando a venir también asiáticos, que en sucesivas oleadas han invadido, y continúan invadiendo, las costas canarias, suceso sin duda producido por el «efecto llamada», causado por la demagogia y errónea política de «papeles para todos» del Gobierno de ZP, incapaz de asumir la dimensión del problema, calificado por el inefable Caldera, mientras se encontraba de vacaciones, de «efecto colateral de la emigración como artífice del crecimiento económico». Queda claro que el político salmantino, tiene unas responsabilidades que no sabe como afrontar, y que su gestión está siendo peor que insuficiente. Como ha dicho el ministro de Interior francés, Nicolás Sarkozy, «no se puede regularizar a 500.000 clandestinos y después pedir ayuda». Ha sido el verano de la «toma» del aeropuerto del Prat por parte de los trabajadores de tierra de la Compañía Iberia, causando un caos indescriptible en la navegación aérea, en los días punta de las vacaciones y ha sido el verano en el que el Gobierno «amigo» de Bolivia, intervino nuevamente la compañía RepsoL, acusándola de fraude en la venta de gas, demostrándose, una vez más, que don Evo Morales es de poco fiar. Y por si todo esto fuera poco, ha sido el verano en el que ZP, dando muestras de su «ansia infinita de paz», tomó la decisión de enviar al Líbano, un contingente de más de mil soldados armados hasta los dientes, a una más que incierta misión de interposición entre los terroristas de hizbula, grupo teledirigido desde Irán y el ejército regular de Israel, misión que ha estado desde el principio, marcada por la falta de transparencia y confusión, y precedida además del traspiés de la pañoleta palestina, los estúpidos discursos de Pepiño Blanco y el apoyo del PSOE a las manifestaciones organizadas contra el estado hebreo. Y en sus últimos coletazos, el verano nos ha deparado el golpe de mano de Rubalcaba en Interior, con ceses a troche y moche y la creación por decreto de un mando policial único, con difícil encaje legal y orgánico; de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (primer paso para la desnaturalización del carácter militar de la Guardia Civil), medida por cierto adoptada sin consultar con la oposición, ni son los sindicatos policiales, ni con los responsables técnicos, como si el Gobierno no tuviera que justificarse ante nadie en un asunto de tanto calado político. El cese del ministro Montilla, y su insólita sustitución con diez días de antelación por Clos, alcalde de Barcelona, un tío que a la hora de jurar el cargo, ante el pitorreo general, confunde industria con justicia; la bajada de pantalones del gobierno español ante el alemán en el «caso de la opa Endesa o E-On», amén de los golpes de calor que supone la deriva que va tomando el mal llamado proceso de paz en el País Vasco o de lo que nos vamos enterando del 11-M. Ya ante todo esto, ¿qué ha hecho el Gobierno del PSOE, ZP y sus ministros para refrigerar su «horribilis verano»?, pues varias cosas. En primer lugar los responsables no han sido capaces de asumir la más mínima responsabilidad en nada, ni realizar la más mínima autocrítica. En segundo lugar, han hecho algo a que ya nos tiene acostumbrados el PSOE cuando se siente acosado por graves problemas o cuando trata de ocultarlos, que no es otra cosa que intentar desviar la atención de los ciudadanos con asuntos que no están entre sus preocupaciones prioritarias, bien sea retirando estatuas de Franco, abriendo un debate sobre la Guerra Civil o sobre el voto de los emigrantes, en las próximas elecciones municipales. Por otro lado, y tampoco es nuevo, la culpa de todo, siempre es de otros, principalmente del PP, ellos nunca son responsables de nada. Si se queman los bosques gallegos, naturalmente la culpa es de Fraga y de una siniestra conspiración de resentidos pirómanos del PP, aunque entre los detenidos figure un candidato del PSOE. Este verano los del «Prestige», brillaron por su ausencia, Galicia, por lo visto, ante una gigantesca catástrofe ecológica con muertos incluidos ya no necesitaba ser salvada, ya no era necesario cargar contra Moncloa ni contra la Xunta. ¡Para que si Aznar y Fraga ya no están! Y por si fuera poco, rechazan en el Congreso de los Diputados las comparecencias de varios Ministros para hablar de esta tragedia, alegando que «no resulta necesaria ni útil» ¡y mucho menos urgente»! Se colapsa de cayucos la costa canaria, la culpa es de la nefasta política migratoria de los Gobiernos de Aznar o de los países de origen de los emigrantes, ya sea Senegal, Marruecos o Mauritania, que los permiten salir, o de Europa que no nos ayuda, nunca, nunca de la incompetencia de Caldera, Moratinos y Rubalcaba juntos. Se colapsa el Prat como consecuencia de una huelga salvaje, ante la pasividad de las fuerzas del orden, la culpa es de Iberia, nunca, nunca del Delegado del Gobierno o del ministro del Interior. Resulta que el levante español se queda sin agua, la culpa es de los ayuntamientos y las comunidades autónomas de Murcia y Valencia, gobernadas por el PP, que autorizan urbanizaciones y campos de golf, nunca, nunca por la cancelación efectuada por ZP del trasvase del Ebro y su nefasta política del agua. Se manifiesta siempre que quiere Batasuna, la culpa es de los jueces que las permiten mientras ellos aplauden la rendición ante los asesinos de ETA y así «ad infinitum». Afortunadamente, parece que esta estrategia de negar la realidad por parte del Gobierno, comienza a percibirla la sociedad española, que según las últimas encuestas de Iberconsultas, los españoles le suspenden en su gestión en todo lo ocurrido, pese a lo cual y por desgracia, tengo la impresión de que aún son legión los que siguiendo a nuestros clásicos del Siglo de Oro opinan que: «Traten otros del Gobierno/ del mundo y sus monarquías/ mientras gobiernen mis días/ mantequillas y pan tierno» (Góngora). Ha pasado el verano y ya estamos en el otoño, otoño que puede ser un purgatorio para ZP y sus ministros en el que paguen faltas, holgazanería, desidias y descuidos y en el que todos los pagarés suscritos alegremente por Zapatero se le presenten al cobro.

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