Diario de León

CUARTO CRECIENTE

La condena a muerte de Sadam

Publicado por
YASHMINA SHAWKI
León

Creado:

Actualizado:

QUIENES rechazamos sin paliativos la pena de muerte consideramos que ejecutar a Sadam Huseín como condena por las miles de muertes directas e indirectas que lleva sobre su conciencia, si es que la tiene, por las decenas de miles de minusválidos, huérfanos, viudas y viudos que ha ocasionado, por los millones de vidas destrozadas, no es castigo suficiente. Porque, a estas alturas y con casi setenta años, él considera que ha cumplido su ciclo vital, que ha llegado adonde casi nadie puede llegar, sobre todo teniendo en cuenta sus orígenes y que la muerte, además de ser un alivio, le permitirá alcanzar el paraíso. Sadam, el huérfano, descalzo y harapiento, hijo de campesinos que consiguió llegar al poder a base de eliminar a todos sus rivales, ya fueran amigos o enemigos, que hizo la ley a su medida, que ordenó masacres sin pestañear, siente que no ha sido realmente condenado por los iraquíes, y no sin razón, porque el tribunal especial que lo juzgó y seguirá juzgando adolece de falta de plena legitimidad y ofrece una dudosa imparcialidad. Y es que Sadam está hecho de otra pasta. Ni siquiera privado de libertad y encausado por numerosísimos delitos su temple se ha resentido. Pero ¿qué se puede esperar de un megalomaníaco que impuso su presencia física directa o indirecta en todos y cada uno de los rincones de Irak desde 1979 hasta el 2003? ¿Cómo se puede castigar a quien ha arrestado, torturado, asesinado y trasladado forzosamente a cientos de miles de inocentes árabes y kurdos, suníes y chiíes, mujeres y hombres, niños y ancianos? Ni ejecutando a Sadam mil veces éste pagaría por lo que ha hecho. Sin embargo, encarcelarlo hasta el fin de sus días mientras contempla cómo el país que arrasó consigue pacificarse, lo condena al olvido y se levanta sobre sus cenizas sí podría ser una buena pena por sus crímenes.

tracking