Diario de León

TRIBUNA

Cuba, ¿qué bloqueo? Los enemigos del ferrocarril

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FERNANDO GONZÁLEZ MELÉNDEZ FRANCISCO ARIAS
León

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EL PASADO fin de semana los 24 gobiernos asistentes a la Cumbre Iberoamericana aprobaron nueve declaraciones especiales en las que, entre otros temas, dieron especial apoyo a la «lucha contra el terrorismo», censuraron el muro que construye Estados Unidos en la frontera con México y pidieron poner fin al bloqueo contra Cuba. Quizás uno de los detalles más llamativos fue el récord de ausencias de mandatarios. Por ejemplo, el presiente de Perú Alan García alegó su ausencia ya que no deseaba sentarse en la misma mesa que Hugo Chávez. Pero para mi, la cuestión que me ha causado más asombro a sido la aprobación de un texto sobre el embargo a Cuba en donde se solicita «en particular al gobierno de Estados Unidos que, con carácter inmediato, detenga la aplicación de las medidas adoptadas (¿) con el objetivo de fortalecer y profundizar el impacto de su política de bloqueo económico, comercial y financiero a Cuba». Asimismo, otro de esos comunicados, apoyado por Cuba, expresa una «total condena al terrorismo» y reafirma «la necesidad de evitar la impunidad para aquellos que cometen actos de terrorismo». Acá me pregunto si los comunistas cubanos que han fomentado la aparición de grupos guerrilleros en América Latina, con la trágica consecuencia de guerras civiles como en El Salvador, Nicaragua, Colombia, entran dentro de ese contesto de «impunidad». En cuanto a la condena del llamado «bloqueo» a Cuba, resulta curioso que nadie ve que en ese país hoy entran millones y millones de dólares por el negocio del turismo, mientras que los cubanos se les sigue lavando el cerebro con la excusa del bloqueo norteamericano. Insisto: ¿cuál bloqueo? Para los turista hay de todo. No hay hambre en los hoteles de lujo en donde se alojan los europeos y en donde a los propios cubanos el Gobierno castrista les niega la entrada. Y todo fomentado por el régimen. El Gobierno cubano asiste a la Cumbre Iberoamericana pidiendo que se condene el llamado «bloqueo», mientras que este mismo fin de semana en la Habana el ministro cubano de Comercio Exterior, Raúl de la Nuez, anuncia alegremente que se ha firmado contratos y cartas de intención por más de 400 millones de dólares, en el marco de la vigésima cuarta edición de la Feria Internacional de La Habana (FIHAV-2006). Para dar otro dato curioso, en dicha feria han participado más de mil empresas de 43 países de América, Europa y Asia, entre ellos los principales socios comerciales de la isla: Venezuela, China, España y Canadá. Y me sigo preguntando: ¿cuál es el dichoso «bloqueo»? Para dar una idea de la dura realidad del «bloqueo», unos 350.000 turistas canadienses han visitado en el primer trimestre de este año Cuba, con un gasto promedio de mil dólares por turista, y por otro lado se espera que 200.000 españoles visten Cuba este año. Y me sigo preguntando: ¿cuál bloqueo?... El Gobierno cubano anunció que esperan superar los dos millones de turistas este año, cifra ya superada el año anterior. Y me pregunto: Esos turistas a que la leyes cubanas les obliga a llevar dólares, ¿no gastan?, ¿no generan alguna riqueza?... Me pregunto: a dónde van a parar los millones y millones de dólares que genera el turismo y los negocios en Cuba... ¿Acaso ese dinero se lo ha llevado el dichoso «bloqueo»? Para mí lo más lamentable es que en Cuba el ciudadano común, que pasa necesidades, aún cree que pasa miseria por culpa del dichoso «bloqueo». Y más lastima me da que hay gente que viaja a ese país a gastar dólares en los hoteles de lujo, y creen también que la miseria, que el Gobierno no permite ver a los turistas, y que está detrás de los muros de los hoteles, es causa del dichoso «bloqueo». Por cierto, ya que tanto se habla de libertad, igualdad, derechos humanos.... me pregunto cuándo la Cumbre Iberoamericana apoyará una resolución pidiendo al Gobierno cubano que respete los derechos humanos. LOS SISTEMAS de transportes actuales tienen un denominador común; su eficacia y especialización. Es evidente que la especialización conlleva una mejora de métodos y una mejora de costes. Así, se puede comprobar la distinta eficacia de los medios terrestres, aéreos o marítimos frente a la demanda del mercado y, de ahí, la evolución de las distintas y múltiples empresas de transportes. Frente a ese mundo dinámico, el ferrocarril es un medio único con una oferta única y, en la mayoría de los casos escasamente competitiva que debe como el ave Fénix, resurgir de sus cenizas si quiere mantener un espacio. . Difícilmente se podrá justificar ningún kilómetro de explotación si ésta no alcanza el umbral mínimo que quiere asumir la sociedad para su funcionamiento. Una de las dificultades mayores que está soportando el ferrocarril es la falta de competitividad con respecto a los transportes alternativos, y ello se debería obviar si se pretende que el ferrocarril sea un medio de transporte y no una reliquia de museo. El principal enemigo del ferrocarril es el conformismo. Pasar de una posición de monopolio en el mercado y de fuerza en lo social a una posición de competencia en el mercado y de conformismo en lo social hace difícil que el conjunto empresarial sea competitivo. Es evidente que cada medio de transporte tiene sus aliados y sus contrincantes que, en ocasiones puntuales puede llegar a ser sus detractores. Y así como en la época dorada del ferrocarril las empresas mineras eran las aliadas naturales, en la actualidad todo el sector petrolero apoya el transporte por carretera. La carretera con todos sus aliados naturales, que permiten establecer que un 20 por ciento del sector productivo esté ligado al transporte por carretera, es en la actualidad el más poderoso de los medios de transporte. Otro enemigo no menos cualificado de ferrocarril es el planteamiento urbanístico. La reclasificación de los terrenos con la actual legislación permite unas actuaciones, que si bien en materia urbanística puede ser beneficiosa, la eliminación de determinadas instalaciones puede resultar enormemente perjudicial para el ferrocarril. Desde luego el ferrocarril tiene futuro, lo difícil va a ser determinar las líneas de la red que tienen futuro, ya que para ello será necesario saber los criterios políticos que van a seguirse. El ferrocarril ha dejado de ser un elemento de transporte en régimen de monopolio para pasar a un sistema alternativo de transporte, lo que representa un cambio sustancia, pero de la misma forma que en el transporte por carretera hay medios ya sean económicos como políticos como de mercado para poder establecer la jerarquización del uso y, a través de él la potenciación o regresión, es necesario que en nuestro país el ferrocarril dé un paso más, creando los mecanismos necesarios para permitir que cada línea o conjunto de líneas alcance a establecer por sí misma el ránking de utilización y, a través del mismo, poder fijar el grado de utilización. Demostrado que el centralismo dirigido no permite el libre crecimiento, habrá que buscar otros criterios de control centralizado que sí permitan el funcionamiento del ferrocarril en régimen de libre mercado. Y es que como dijo el poeta: «Por el camino que voy/ mirando mi sombra vi:/ que ayer maravilla fui/ y hoy sombra mía no soy».

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