Política, drama y humor

THE TIMES, de Londres, propiedad de Murdoch, exhibía ayer la fotografía del terrorista De Juana Chaos, entrevistado en su cama del Hospital 12 de Octubre (Madrid), donde sigue manteniendo una huelga de hambre que ya ha cumplido tres meses, con una breve interrupción por consejo de sus asesores. Si no fuera por el dramatismo que transmite un cuerpo demacrado y famélico, en viaje hacia la muerte, el texto de la entrevista o, al menos, algunas tesis que The Times pone de su cosecha nos harían recordar el mejor sentido del humor británico, siempre con una dosis de cinismo. De Juana es «separatista vasco» y habla al periódico «desde su lecho de muerte», en súplica por la paz. Y pide la paz sin sentir el menor remordimiento por las muescas que dos docenas de asesinatos han marcado en su conciencia. Como diría cualquier héroe de taberna, los hombres «tién» que ser hombres hasta el último momento. Pero este fin de semana no todo es dramatismo, si se exceptúa la foto del famélico De Juana, pues humorismo del bueno sería que Murdoch, con esta portada de su periódico de cabecera, estuviera poniendo obstáculos emocionales a cualquier desembarco que planease en el sector mediático de España, estando tan bien asesorado como parece por sus muy lúcidos consejeros. El sentido del humor desdramatiza la vida, y la entrega a la Ertzaintza de dieciocho jóvenes de Jarrai en un frontón bilbaíno, mostrando una alegría o algarabía que el pesimismo informativo califica de provocativa, es humor puro, pues mucho humor hace falta para marchar hacia el ascetismo carcelario como si se cumpliera una vocación monacal. Bien es cierto que estos chicos, condenados a seis años por pertenencia a grupo terrorista, saldrán en libertad dentro de un par de años, pues ya llevaban muchos de ellos cumplida la mitad de la pena en anterior estancia carcelaria, pero aunque para el tango argentino veinte años no es nada, para un hombre joven, dos años de rigor penitenciario es mucho tiempo. También señala un punto de humor en la política española el servicio que el catalán Durán i Lleida ha realizado la semana pasada con Mariano Rajoy en nombre de José Luis Rodríguez Zapatero, con vistas a que la dirección del PP suavice su distanciamiento o aislamiento preelectoral y acceda a algún tipo de consenso antiterrorista con el Gobierno. Pero Duran no ha visto resquicio en Rajoy, aunque ayer decía por Catalunya ràdio que el líder popular parecía consciente de que la estrategia actual el PP «no es el camino correcto». Durán habría intuido qué sectores dominan actualmente la estrategia del principal partido de la oposición, y que cada uno saque las consecuencias oportunas. Y también es sentido del humor que Durán no vea en ese flamear cerrado de banderas nacionales ni en el himno oficial del país al fin de la manifestación del sábado contra la negociación con ETA y contra Zapatero un obstáculo a su inclusión en el Gobierno central, si lo aconsejasen las circunstancias. Cuando realmente se tiene vocación de ministro, los obstáculos no significan nada.