Diario de León
Publicado por
JOSÉ LUIS MEILÁN GIL
León

Creado:

Actualizado:

EL ENCUENTRO del presidente del Gobierno con el líder de la oposición fue la primera respuesta a lo que está abocado a ser un eslogan: la unidad de los demócratas contra el terrorismo. Así enunciada no pasaría de una obviedad. ¿Podría estarse en contra de tal proposición? Sucede que el enunciado es susceptible de diferentes interpretaciones. Si se quiere decir que la reacción contra un indeseable atentado de ETA sea su condena se estará muy cerca de la unanimidad. Más allá de eso, comienzan las divergencias. La lucha contra el terrorismo requiere unidad. ¿En qué consiste su fuerza? Por supuesto, en que se aplique la ley penal contra quién la transgrede. Si se habla de la ley de partidos ya no existe la misma coincidencia. Si se considera que, a pesar de todo lo ocurrido, ha de mantenerse abierta la vía del diálogo, las diferencias aumentan. Algún partido está a favor; el PP es contrario. Queda espacio para la ambigüedad, que no se ha eliminado. La «recomposición» de la unidad se ha reducido a un voluntarismo mínimo de rechazo a la violencia terrorista, que ni ha conducido a un renovado pacto formal, ni a dar por finiquitado el acuerdo parlamentario de negociar con ETA si se daban las circunstancias adecuadas, que su alto el fuego hacían presumir. El fracaso del intento negociador del presidente del Gobierno, con respaldo social, no se debió a que el PP no secundara, también con respaldo social, la iniciativa. La clave no residió en esa «falla» de la unidad, sino en la decisión de ETA. El éxito personal del Presidente del Gobierno hubiera sido incluso mayor, al no contar con el apoyo de su oposición. Cambiada la estrategia, no debe existir dificultad para que el PP secunde la determinación del presidente del Gobierno de actuar con firmeza. ¿En qué puede consistir, pues, esa «recomposición» de la unidad de los demócratas? ¿En que el PP no interpele semanalmente al Gobierno sobre política antiterrorista? ¿Por qué habría de hacerlo si están de acuerdo? ¿En qué lo están realmente? Positivo es que el PP no le hostigue exigiéndole que reconozca que ha debido rectificar, acercándose a su posición. Asimismo, convendría que no se ofreciesen motivos para recelar. El pacto de silencio fue condimentado con el ingrediente nocivo de la desconfianza que, a su vez, la falta de claridad incrementa. Fue una evasiva decir que la posición en el asunto Navarra era de incumbencia de los socialistas navarros, como no deja de constituir una finta dialéctica renunciar a los votos de AVN, que es un partido cuya legalidad no se quiere discutir. No mucha mayor confianza destilan los pactos para repartir el poder autonómico o local. Asoma, a veces, el chalaneo, la aversión hacia el otro, no siempre por motivos ideológicos. Convendría que no se mermase la confianza de los ciudadanos.

tracking