Diario de León

EL MIRADOR EN POCAS PALABRAS PINTO?&?CHINTO

Zapatero en la recta final España y las nucleares

Publicado por
ANTONIO PAPELL
León

Creado:

Actualizado:

PARECIÓ POR UN momento que Zapatero se había quedado sin fuelle en estos finales de legislatura, después de que el PP celebrara eufóricamente su ajustada victoria en las elecciones municipales y se anunciara el desembarco de Rodrigo Rato, pero el líder socialista guardaba energías en la recámara. Y así, después de vencer estrepitosamente a los puntos a Mariano Rajoy en el debate sobre el estado de la Nación, ha tenido arrestos para lo que ya parecía inviable a estas alturas del cuatrienio: una crisis ministerial de cierta envergadura cuando faltan apenas ocho meses -como máximo- para las elecciones generales La crisis gubernamental, que pretende ser un golpe de timón que mitigue la sensación de que el Gobierno ha sido engullido por el sumidero de un presidencialismo rampante, es políticamente poco trascendente puesto que no afecta a las principales carteras ministeriales pero tampoco es puramente cosmética. De un lado, Zapatero sustituye a los dos ministros (ministras, en este caso) que han transmitido durante toda la legislatura la mayor sensación de ineficacia en Vivienda y Cultura, y lo hace con personas de su estricta confianza, Carme Chacón, miembro de la Ejecutiva socialista y vicepresidenta del Congreso, y César Antonio Molina, quien ha desarrollado hasta ahora una febril labor al frente del Instituto Cervantes, institución muy apreciada por Zapatero. En cierta medida, el relevo de Jordi Sevilla, un jacobino (en el fondo) que se había desgastado durante el largo proceso de elaboración del Estatuto catalán, por Elena Salgado, inédita en estas lides, está relacionado con el cortejo que el presidente del Gobierno está haciendo al nacionalismo moderado catalán que pasa también por el enfriamiento de las relaciones con Esquerra Republicana. Zapatero es consciente de que la amistad con CiU le centra en la misma medida en que la cercanía de ERC le descentra; y de que tiene que trabajar seductoramente con el fin de ganarse el apoyo de este grupo que podría ser decisivo tras las próximas elecciones generales si finalmente el PSOE gana pero sin mayoría absoluta, como de momento presagia la mayoría de las encuestas. En cualquier caso, Zapatero consideró «una magnífica idea» que Sevilla se dedique a la política valenciana. Falta le hace al PSOE. Al final de su discurso sobre el estado de la Nación, Zapatero enfatizó vigorosamente que la legislatura no había concluido; que quedan en tramitación en el Parlamento 38 leyes pendientes, algunas de ellas «claro reflejo» de sus «prioridades políticas»; que se propone también adoptar otras decisiones importantes en estos meses, como la nueva Administración Electrónica, la nueva Oficina Judicial, etc; que pondrá en activo asimismo las medidas pactadas para reducir la siniestralidad laboral; que proseguirá el desarrollo de algunas de las leyes estrella, como la de Dependencia y la de Igualdad... En definitiva, Zapatero estaba muy interesado en evitar trasmitir la sensación de fin de etapa, tras haber agotado el ingenio y las energías aplicables a la legislatura... No cabe duda de que la remodelación ministerial tiende a acentuar la sensación de actividad, de que el Gobierno está en tensión y dispuesto a continuar gestionando con el celo y la ilusión del primer día. Zapatero ha manifestado, además, que así se facilita la preparación de nuevos proyectos para la próxima legislatura, lo que trasmite una clara sensación de seguridad en el futuro. De este modo, introduciendo a diario nuevos temas de debate en los medios de comunicación que administran la opinión pública, el Gobierno evitará la recurrencia de la oposición en sus propios leitmotivs , soslayará las críticas genéricas y podrá arrogarse la iniciativa política. No es mala estrategia para un Gobierno que tiene un buen bagaje de realizaciones durante un cuatrienio que sin embargo ha estado presidido por el proceso de paz y se ha caracterizado por la crispación generada por la durísima oposición. LAS DECLARACIONES de la ministra Narbona en el Fórum Nueva Economía en el sentido de que el Gobierno elaborará antes del final de la legislatura un calendario en el que se concretará el cierre de las ocho centrales nucleares que operan actualmente en España ha generado reacciones encontradas entre detractores y partidarios de tal fuente de energía, para la que el «horizonte estratégico» que maneja el Ejecutivo alcanza hasta 2030. La energía nuclear no es «ni la más limpia, ni la más barata, ni la más segura», dijo la ministra en la clausura de una jornada sobre los retos del cambio climático, pero nada dijo de que diversos países desarrollados están poniendo los ojos en ella a causa de que sólo el retorno a la energía nuclear puede permitirles cumplir el protocolo de Kioto y los protocolos que en el futuro lim itarán todavía más la emisión de gases contaminantes a la atmósfera. La energía nuclear, tecnológicamente muy perfeccionada y por lo tanto completamente segura, puede ser en el futuro a medio plazo el mal menor que nos permita no tener que renunciar a nuestro actual nivel de vida.

tracking