Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

Adiós y bienvenida

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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SE DESPIDIÓ como un caballero: «Disculpen las molestias». Javier García-Prieto abandonó la presidencia de la Diputación, en el pleno del pasado domingo, en medio del reconocimiento general que ha tenido al frente de la institución. Una institución que, no debe olvidarse, es la más querida y admi rada de los leoneses según todas las encuestas. García-Prieto, en estos cuatro años, consiguió neutralizar y anestesiar a la oposición del PSOE y de la UPL, pero no logró el pleno respaldo de su partido, dentro o fuera de los Guzmanes. Sufrió tarascadas de los propios diputados de su grupo. Sorteó como pudo, con pondus e inteligencia, la crisis provocada por la ruptura del PP en el Bierzo, con Fátima López Placer de vicepresidenta de la Diputación. Sobrellevó el tema propagandístico del Pacto Local organizado por Alfonso Fernández Mañueco. Un pacto que, finalmente, no consistió ni en más competencias ni en más frondos para las diputaciones. Por último, después de demostrarle a Mario Amilivia una amistad a prueba de bombas, ha dejado el sillón de terciopelo de la Diputación por las apetencias de la presidenta del partido, Isabel Carrasco, que ayer se convirtió en la máxima inquilina del Palacio. Lo hizo en una fecha para el olvido: el 18 de julio. Una fecha sólo admitida a los exclusivos efectos de la «paga extra». Tres antecesores suyos: el socialista Turiel y los populares «Señor Veinte» y García-Prieto rozaron la fecha del calendario, pero la salvaron por anticipación o por prórroga. En definitiva, nada nuevo. Como todo el mundo sabe, ese Palacio está embrujado. Igual que el madrileño en el que, dicen, se escuchan sonidos cacofónicos y se ven caras de fantasmas. Los presidentes de la democracia que han pasado por él han sufrido una especie de gafe, con más disgustos que otra cosa. El único que no se va «tocado» es García-Prieto. No hay ninguna duda de que la nueva presidenta, Isabel Carrasco, levanta mucha expectación. Como se dice en el argot taurino, todo León sabe que no va a defraudar, especialmente a los medios de comunicación, que se aprestan al seguimiento de un mandato que promete dar tardes de espectáculo. Mientras tanto, en las Cortes Regionales se elegían a los tres senadores en representación autonómica: los populares Juan José Lucas y José Valín, y el socialista José Giménez. Lo de elegir es un decir, porque no había otros candidatos. Y lo de la representación autonómica también es otro decir, porque a quienes representan es a los aparatos de los partidos, que usan esos puestos para ubicar a descolocados o a ex-altos cargos que no quieren o no saben volver a su antigua profesión. La excepción ha ocurrido en la Comunidad Valenciana. Su Parlamento ha enviado a la hija del inefable Carlos Fabra al Senado, en una demostración del poder que tiene su padre en el partido conservador. Una maniobra que huele a blindaje parlamentario. No debe olvidarse que, además de las investigaciones a su padre, presidente de la Diputación de Castellón, por diversos delitos, se está mirando con lupa a todos los miembros de la familia por su repentino enriquecimiento. Castellón es una provincia muy original, donde los ciudadanos tienen la costumbre de donar fincas urbanizables y grandes cantidades de dinero a los alcaldes y concejales. Ni un doctor en idiocia se cree la milonga.

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