Diario de León

TRIBUNA

Ancianos y cuidadores Nulo progreso intelectual

Publicado por
FRANCISCO ARIAS SOLÍS ANTONIO GARCÍA FUENTES
León

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EL MALTRATO a los ancianos se ha empezado a considerar como un problema social desde hace aproximadamente dos décadas. Entre las distintas causas para justificar que se haya tomado conciencia de estar realidad en fecha tan reciente, se citan las siguientes: Que los familiares de las víctimas hayan intentando e intenten ocultar los malos tratos, que en algunos casos los profesionales de la salud consideren los comentarios o declaraciones de los ancianos productos de la edad y, finalmente, la escasa infraestructura y disposición de medios para atender de forma adecuada las necesidades de los ancianos, combinada con un incremento vertiginoso de la población mayor de 65 años. Los cambios sensoriales, físicos y psicológicos que se producen en el anciano van a provocar la gran dependencia que tiene de sus familiares, de sus cuidadores o de las instituciones. Quizás la cuestión más importante sea que el anciano no tiene más remedio que confiar en sus familiares o cuidadores para satisfacer sus necesidades básicas. Esta circunstancia le coloca en una posición muy débil ante los demás ya que, en el caso de que existan malos tratos, se verá forzado a depender de quienes lo maltratan. El interés de la víctima por ocultar los malos tratos es, en el caso de los ancianos, aún mayor que en los casos de mujeres y niños. Quizá sea éste el motivo de la carencia de datos sobre los casos de malos tratos al anciano. Uno de los motivos que más influyen en dicha ocultación es la vergüenza que provoca a la persona mayor hacer público que su hijo o hija se comportan de una forma violenta con ella. En estos casos, el amor que sienten por sus hijos es mucho mayor que su deseo de ser tratados justamente. El hecho de que el anciano vaya volviéndose cada vez más dependiente origina una importante fuente de tensión importante para los familiares u otros cuidadores. Dicho incremento de dependencia afecta fundamentalmente a la calidad de la relación entre la persona de edad y sus cuidadores. También, y aunque resulte paradójico, dicha dependencia no siempre es sólo por parte del anciano. En muchos casos hasta el propio hijo que maltrata también presenta una dependencia importante del padre o de la madre maltratados. Por ejemplo, en algunos casos el maltratador depende económicamente de su víctima. Algunos expertos explican este hecho señalando que la valoración por parte de la persona que maltrata, de su falta de poder económico sobre la víctima intenta ser compensada mediante una actitud de extrema dureza con ésta, por lo que impone sobre ella una relación de autoridad. Precisamente esto es lo que hace que exista una doble dependencia entre el agresor y la víctima; la víctima necesita de los cuidados del agresor, y éste necesita a la primera no sólo para satisfacer sus necesidades económicas, sino también para compensar su baja autoestima. Otro factor importante que impera en nuestro país, radica en el sobreesfuerzo que supone para muchas familias el obtener los recursos necesarios para poder atender a uno de sus mayores, dado los bajos ingresos familiares y la reducida cuantía de las pensiones, lo que determina que algunas familias no puedan atender adecuadamente al anciano y que otras no quieran. Además, los servicios sociales de las distintas administraciones para atender a los ancianos son cada vez más insuficientes debido al espectacular aumento de personas mayores. Todo ello puede provocar situaciones que, si bien de puertas afuera convierten a los hijos que conviven y cuidan de sus padres ancianos en seres dignos de admiración, de puerta adentro la situación puede crear un auténtico infierno para toda la familia. Y es que como dijo el poeta: «Hombre pobre es hombre muerto. / Y si a más de pobre es viejo / puede ser un pordiosero / a las puertas del infierno». EL ESCRITOR Xavier Pericay afirma cuanto sigue ( Abc , 04-06-2007): «España está a la cola, a la cola de de todo. De la enseñanza primaria, de la secundaria y de la superior. De entre los países desarrollados, España es de los que tienen un índice mayor de fracaso escolar. De entre los Estados miembros de la UniónEuropea, España es de los que tienen un porcentaje más elevado de abandono escolar. Y, en fin, entre las ciento cincuenta mejores universidades del mundo, no hay ninguna española». El artículo es magnífico y recomiendo buscar y leerlo, puesto que es un balance bastante descarnado de una realidad española, que basada en sólo derechos, fueron olvidadas las obligaciones y que por lógica anteceden a los primeros, puesto que sin obligación apenas hay derechos y esto llevaría mucho espacio el explicar y no ha lugar, por ello comento sólo esta mínima parte del contenido (brillante) de un trabajo intelectual que «desmenuza la paniza (o mazorca) grano a grano». A mi no me sorprende nada de lo que se afirma, puesto que he seguido año a año, las deplorables noticias sobre el tema y he publicado bastantes artículos sobre ello y el que quiera leerlos los tiene en mi web; pero como ello es vital hay que seguir machacando y aún a riesgo de ser pesado. He dicho y escrito muchas veces, que al gobernante y del tipo que sea, no le interesa lo más mínimo el que sus gobernados, gocen de una educación y preparación intelectual, que de forma integral les sea inculcada desde las primeras enseñanzas hasta las máximas o superiores; y de ahí esas luchas intestinas, de que si son galgos o podencos; pero ningún gobierno¿ y olvidándose de todo lo que no sea esa enseñanza integral, acomete programas que fuera de ideologías políticas, religiosas o filosóficas, enseñen al individuo simplemente a saber cuanto más mejor, de todo cuanto le apetezca a tenor con su inteligencia; y lo que sale de ese inmenso interior que poseemos todos los seres humanos, que antes o después nos incita a saber, a ser¿ y llegado el momento a saber la importancia vital del ser y saber, antes que al actual «tener», que es el que embota los verdaderos valores del ser humano y los que son imprescindibles para un verdadero progreso, tanto individual como social¿ «no como dicen los actuales demagogos»¿ colectivo; puesto que sociedad es mucho más que colectividad. ¿Por qué no le interesan esas enseñanzas? (a las que debe llegar cualquier miembro de una sociedad considerada avanzada y justa y según su capacidad individual)¿ sencillo, puesto que mientras mejor formado esté el individuo, mucho más difícil será el gobernarlo, puesto que para gobernarlo tendrán que convencerlo y convencer a un inteligente, sólo se consigue con más inteligencia¿ por tanto la demagogia fracasaría y no como ocurre en la triste actualidad y dónde mediante la misma y todo tipo de drogas y; «luces de bengala»; entretienen a las masas, contienen a los jóvenes, les hacen vegetar en centros de desenseñanza (la enseñanza es cosa mucho más excelsa) y luego y sin esfuerzo alguno, les van dejando pasar etapas o cursos, para al final, entregarles unos títulos, que ni sirven como papel higiénico. Pero la decadencia no es sólo de la política, aún cuando esta y como administradora de capitales inmensos hoy en día, sea la mayor responsable del estado actual del pueblo («harto de pan y vacío de cerebro») sino que la responsabilidad recae en padres y «esos» que dicen ser educadores o profesores (de verdaderos maestros apenas hay); los primeros por cuanto los hijos y como «peso» difícil de llevar, simplemente los endosan como «mercancía valiosa»; y que otros se los eduquen. Y los segundos, por cuanto ya no hacen nada más que llorar y quejarse de malos tratos y apaleos, por cuanto ni han sabido mantener la en otras épocas, sagrada autoridad de los verdaderos maestros¿ «de todas las enseñanzas». ¿Excepciones? Las que quieran y puedan demostrarse, pero la cruda realidad es la que el escritor arriba citado ha sabido sintetizar en pocas líneas; y que deja con «el culo al aire» a tanto «falso progresista»; el que basó en mentiras y fuegos fatuos o bengalas, lo que al final la verdad siempre ilumina con esa justicia implacable que marcan los hechos. Ahora sigamos en «el circo de las enseñanzas en España», donde se sigue gritando «que si son galgos o podencos» y esperemos otros 32 años más (ya hace ese tiempo en que se enterró a Franco y su dictadura) y oigamos a los «progresistas», su ilimitada sarta de mentiras, impotencias, o inutilidades totales. 1397124194

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