Nadie hablará de nosotras

DE aquella película protagonizada por Victoria Abril sólo recuerdo el título: «Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto». Pues si se mira el callejero de León, queda claro que a las mujeres, vivas o muertas, se las nombra muy poco. Tan poco, que por cada veinte nombres masculinos se encuentra uno femenino, con el agravante de que en la mayoría de los casos ni siquiera son o fueron mujeres de carne y hueso. Santas, vírgenes y personajes ficticios copan el escaso callejero femenino al que, desde el 2003, se han añadido escritoras y científicas leonesas Y es haberlas, haylas... Pero una cultura androcéntrica y miope con el sexo femenino las ha ocultado a la memoria colectiva. En conclusión, el nomenclátor está plagado de santos, reyes, nobles y hombres... muertos y vivos. Ninguno, salvo las calles franquistas, ha sido cuestionado por tener la placa. Recientemente, el Consejo Municipal de la Mujer de León cayó en la cuenta de este déficit -al parecer, previo aviso del estudio de una empresa- y elaboró un listado de cien mujeres candidatas a nombrar otras tantas calles de León. Uno de los criterios de selección, según la concejala Teresa Gutiérrez, ha sido su contribución a la lucha por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. León ha dado ejemplo al incluir también a mujeres anónimas con trabajos humildes pero capitales en el bienestar social (agricultoras, mineras, costureras...). Un listado de doce mujeres (todas ellas fallecidas, por cierto) están en los puestos de salida. Ahora sólo falta que el Pleno dé luz verde a esta propuesta con el mismo consenso. En Villaquilambre, hace un año, a los concejales de la UPL y el PP les pareció una aberración dedicar sendas calles a Pilar Miró y a Rosa Montero y se cuestionó la política de intentar equilibrar el callejero como si se tratase de una extravagancia feminista. Quizá ahora que leonesistas, populares y socialistas gobiernan juntos en este municipio encuentren razones para no cuestionar tan frívolamente a las mujeres. Y que las calles hablen de ellas (también de Pilar Miró) con orgullo.