Diario de León
León

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ENHORABUENA. Las urnas ya han dado su veredicto y usted puede ir preparando la investidura. Sea generoso en la oferta de acuerdos, incluso con la oposición, para que de verdad tengamos un Gobierno para todos los españoles y no uno en contra de la mitad de los ciudadanos. Llame cuanto antes a su contrincante -no es su enemigo, sólo su adversario- y cítele pronto en Moncloa para hablar de las cosas importantes, de los asuntos de Estado. Y luego, hablen con los periodistas y digan, juntos, a ETA que nunca van a ganar esta guerra sucia contra la libertad y contra la paz. Que no se va a repetir el espectáculo de la última legislatura. Y cuanto antes, señor presidente, póngase a gobernar. Elija un buen equipo de ministros, pero, sobre todo, personas que sean capaces de dialogar, de buscar acuerdos, de acercarse a la sociedad, a sus problemas. Hay mucha tarea por hacer porque la crisis o la recesión, como reconoce hasta Solbes, es mucho mayor de lo que parecía. Y si hemos destruido empleo creciendo casi al cuatro por ciento, si lo hacemos al 2,5, la crisis será profunda. La primera batalla que tiene que afrontar es la de la competitividad. Somos la octava potencia económica del mundo, pero estamos veinte puestos más atrás en competitividad. Este país necesita reformas estructurales y seguridad jurídica, que es la clave de la confianza y que tan mal tratada está siendo como demuestra el varapalo de la Unión Europea sobre el caso EON-Endesa-ENEL. Este país necesita, una reforma educativa consensuada que eleve el nivel de exigencia, una Formación Profesional, que es un fracaso histórico, realmente potente, una Universidad que recupere la excelencia y deje de estar de espaldas a la sociedad y una formación permanente en la vida profesional. La principal inversión es el capital humano y ahí nos lo jugamos todo. No hay que retroceder en las garantías del Estado de bienestar porque hay que proteger a los más débiles, pero hay que ser restrictivos en el gasto si queremos garantizar el futuro. Acabe usted con el falso debate entre lo público y lo privado y hable de eficacia y control en el uso de los recursos públicos. Abra un debate profundo sobre el futuro energético. Y, sobre todo, haga lo imposible por alcanzar un consenso mayoritario para definir el modelo de nación que nos vamos a dar. Lo peor que podemos hacer es camuflar el problema o avanzar con la venda en los ojos. Por el bien de todos, le deseo que acierte.

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