Diario de León
Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

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LA BANCA confirma un fuerte deterioro de la confianza y de las perspectivas económicas. En justa correspondencia, la gente normal lo que confirma es su desconfianza en los banqueros, que son más formales que los precios. El FMI y el Banco Mundial nos han alertado a todos los que tenemos la costumbre de comer un par de veces al día del peligro que corremos por la subida de los alimentos. Para algunos puede suponer un peligro de muerte, según el país en el que hayan venido al mundo. En muchos de ellos sus habitantes están entrenados y no les sorprende la «emergencia alimentaria», pero nunca acaban de habituarse. Todos los alimentos son básicos en ciertas naciones y no les consuela saber que el Banco Mundial señala como causante de la crisis a los biocombustibles. Lo cierto es que las cosas de comer han subido un 48% desde finales de 2006, lo que no es poco, sobre todo si se tiene en cuenta lo que valían antes. En nuestro país no llegan a ese extremo las cosas. La situación es desesperada, pero no grave. De momento la CEOE sólo pide que no se dañe a las empresas con nuevas cargas sociales y que, por favor, no se eleve el salario mínimo. En las épocas de penuria son los pobres los que están obligados a dar ejemplo de austeridad por la sencilla razón de que son más. ¿Qué sentido tendría rogarle moderación a quienes viven en la opulencia, que son relativamente escasos? Lo que verdaderamente repercute en las arcas del Estado es no subirle ni un puñetero euro a quienes gozan del salario mínimo. Confiemos en nuestra clase política. Los barones, con be, y la mujer, con a de Aguirre, acabarán por entenderse, y Zapatero terminará de elaborar su paquete de medidas, que será gordo. El papel de los demás es sólo el de porteadores. 1397124194

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