Diario de León
Publicado por
JOSÉ CAVERO
León

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ESTABA CANTADO de antemano, desde el momento en que el lendakari anunció su propósito de seguir adelante con su consulta a los vascos y vascas, y se hizo el cálculo de votantes en el parlamento autónomo: la suma de PP y PSOE equivale exactamente a la suma de los restantes partidos nacionalistas y abertzales..., excluida la formación batasuna PCTV o EHAK. Y también desde un primer momento se previó lo que finalmente anunciaba este grupo: que uno de sus nueve votos, tan sólo uno, lo entregaría «a la causa del lendakari», con lo cual bastaría para el desempate favorable a la consulta. Los ocho votos restantes se abstendrían. De manera que todo estaba perfectamente calculado y previsto, y el lendakari sabía con precisión que los batasunos y proetarras del PCTV saldrían en su rescate. No precisaba de mayor ayuda, pero bien puede asegurarse que su consulta sale adelante justamente por ese voto probatasuno o proetarra. No hace falta recordar los favores que el PNV de Ibarretxe ha hecho a los batasunos. El resto también está ya cantado de antemano, y también ha sido relatado ya con detalle: El gobierno central había anunciado que procederá a recurrir de inmediato ante el tribunal Constitucional el proyecto de ley del lendakari, en el que pretende celebrar una consulta sobre el futuro de Euskadi. Lo recurrirá de inmediato, apenas el Boletín Oficial del País Vasco publique la ley aprobada e el Parlamento con el apoyo batasuno, verosímilmente este próximo lunes. El gobierno de Zapatero argumentará ante el Tribunal que interpreta la Constitución la manifiesta inconstitucionalidad del proyecto de Ibarretxe, que contraviene la exigencia constitucional de la autorización previa, por parte del Estado, para celebrar la consulta. La Abogacía del Estado entiende, a su vez, que la consulta vasca que pretende Ibarretxe es «clara y descaradamente una consulta popular por vía de referéndum», por lo que se hace precisa tal autorización del Estado. Considera asimismo, la abogacía del Estado, que el lehendakari persigue articular una fórmula de participación política directa de la ciudadanía que permita verificar el sentido mayoritario de la consulta. La abogacía, por ello, arremete contra la pretensión de Ibarretxe de buscar una atenuante en la naturaleza no vinculante de la consulta, como si esa circunstancia alterase en algo su calificación jurídica y constitucional. Las cartas han quedado boca arriba: Ibarretxe demuestra nuevamente su pertinacia, incluso contra muchos de sus propios correligionarios; se comprueba una vez más la doble condición de los vascos -nacionalistas o proespañoles-, y vuelve a demostrarse dónde se sitúan ETA y Batasuna en los momentos «decisivos»: contra el Estado español y todo lo que pudiera causarle el menor problema.

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