MAR DE FONDO
Lo que vale y lo que no
CADA día soy más descreída con los reconocimientos profesionales. La oportunidad del halago y el espaldarazo profesional están en función de factores que no sólo tienen que ver con la valía y el trabajo bien hecho sino que se manejan en otros terrenos ajenos a la dedicación y el esfuerzo. El último ejemplo para la reflexión se llama Luis Aragonés. Criticado e insultado hasta hace pocas semanas, ahora, esos mismos que le cuestionaron le atribuyen como méritos lo que hasta no hace mucho eran insensateces y despropósitos. ¿Qué hubiera pasado si Iker Casillas no hubiese parado los dos penaltis en el partido contra Italia? ¿Qué diferencia hay entre el Luis Aragonés que tomó la decisión de prescindir de unos nombres estrella en la selección para apostar por otros, y el que llevó a la selección al primer puesto de la Copa de Europa? Ninguna. Ayer, las redacciones de los periódicos se llenaron de futuros periodistas en prácticas. Es época de aprendizaje y el caso de Aragonés debería hacer pensar a más de uno. Algunos serán estupendos profesionales, honestos con su trabajo, apoyo y empuje para el equipo. Pero no todos tendrán el reconocimiento que merecen, estoy segura, algunos por exceso y otros por defecto. Son aleatorios los factores que deciden el reconocimiento. ¿Por qué María Dolores de Cospedal es ahora la mejor opción para la Secretaría General del PP? Su nombramiento en este momento nada tiene que ver con sus cualidades profesionales, que las tiene, como las tenía antes de que Rajoy perdiera las elecciones y se lanzara a la búsqueda del voto femenino. Y qué me dicen de Plutón. El pequeño y desconocido planeta no ha variado su esencia desde su descubrimiento en 1930, pero ya no está entre los nueve importantes.