León es todo

LA MEJOR gestión municipal es la que da calidad de vida a los habitantes de una ciudad, independientemente de su condición social, sexo, credo religioso o zona de residencia. «A la inmensa mayoría», escribió Blas de Otero. El reparto del dinero público siempre es controvertido y motivo de polémica, algunas interesadas, pero otras totalmente justificadas. La participación económica de toda la ciudadanía en las arcas municipales a través de los impuestos exige a los responsables municipales unos criterios de selección del destino del caudal público que no siempre contenta a todos los vecinos, que son pacientes y entienden que la situación económica del Ayuntamiento no es próspera. Por eso es necesaria una política austera, pero no discriminatoria. Los barrios de León necesitan inversiones para renovar las infraestructuras y dinamizar su economía. La zona norte de León espera inversiones, pero no como agua de mayo, que si cae fuerte, inunda garajes y viviendas, situaciones que no son propias de una ciudad moderna, joven y dinámica, con edificios emblemáticos. Una política social justa no debe temer a las críticas, que se compensarán con una buena política de comunicación social, en la que los responsables municipales expliquen a la ciudadanía en qué se gasta cada euro que sale del Ayuntamiento y cuáles son las razones de su destino final. La ciudadanía comprende, entiende, es paciente y apoya las causas justas -León lo ha demostrado en muchísimas ocasiones- pero no perdona los agravios. Y algunos vecinos, como los de San Mamés, Mariano Andrés y la Asunción, se sienten abandonados. Es justo que reivindiquen y presionen porque, dicen, nadie les explica por qué hay dinero para unos gastos y no para otros.