Ciudad de telareros

DE LA MISMA forma que las casas en las que vivimos son reflejo de nuestro modo de ser, así las ciudades son reflejo del pueblo que las eleva. Y en el caso de la contradictoria, reprimida, subterránea, pobrina y entrañable nación de las gentes leonesas, la ciudad es símbolo de sus miedos seculares y de sus topes psicológicos. Con sólo fijarnos un poco nos daremos cuenta de que en nuestra capital apenas existen grandes avenidas, y las que existen fueron ejecutadas en tiempos de grande e irresistible crecimiento, fueron un pataleo insólito. La extraordinaria división de la propiedad en múltiples fincas, el escaso empuje consistorial, la poca imaginación de la que siempre -siempre- han hecho gala nuestros munícipes (qué gran palabra) precisamente en la ciudad que más posibilidades creativas tiene de España, ha ido modelando nuestro paisaje urbano junto a la voracidad miedosa de cuatro especuladores y la torpeza de técnicos y urbanistas. Edificios cubiculares adosados unos a otros sin orden ni concierto, zonas verdes que dan risa, un skyline de líneas quebradas y asimétricas, tristes rincones de cemento y zinc, desparramamiento de chalets... pueblan la urbe regia. Y lo que es peor, son muestra de un mal hacer que ya se extendió al campo para devastarlo entero -por desgracia, aún hoy, aquí lo urbano es lo prestigioso y lo rural, lo atrasado-. Tampoco es que estemos pagando las consecuencias de una falta de legislación anterior, que también, pero es que estos comportamientos siguen produciéndose en la actualidad. No nos damos cuenta de que las posibilidades de León son enormes. Enormes. Tamaño perfecto. Monumentalidad a la medida del hombre. Entorno de ríos y monte, y paisaje vegetal que habría que integrar y conservar en la medida de lo posible... Así que pedimos imaginación, un estilo concreto y coherente, y una ciudad habitable. Otra cosa: no tiene razón de ser (y más con la que está cayendo) que se siga construyendo y cimentando tierra en vez de centrarse en rehabilitar y renovar los muchos huecos de la ciudad. Si es que no os veis fartos ...