Diario de León

Reportaje | efe

El miedo que oculta el maltrato

Sólo el 23,8 por ciento de las asesinadas por violencia machista durante el año habían denunciado, pero las razones forman parte del desconocimiento social

Imagen de una mujer en uno de los centros que ofrecen ayudar contra el maltrato.

Imagen de una mujer en uno de los centros que ofrecen ayudar contra el maltrato.

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A la sociedad aún le cuesta comprender por qué una mujer sigue viviendo con su agresor a pesar de las palizas y las humillaciones al desconocer que, en la mayoría de los casos, el terror, la soledad, la anulación, la desconfianza y la dependencia emocional extrema están detrás de la imposibilidad de romper con el verdugo.

Cuatro de cada diez españoles piensan que la mujer es la culpable de sufrir violencia machista por no abandonar el domicilio, según un estudio que presentó Igualdad y las estadísticas de este Ministerio reflejan que de las 42 fallecidas por violencia machista en lo que va de año 29 convivían con su asesino. La coordinadora del área de Violencia de Género de la Federación de Mujeres Progresistas, María José Bueno asegura que no hay un único factor determinante por el que las mujeres continúen al lado del hombre que las maltrata, sino que son varios. En ocasiones, sostiene Bueno, hay características de la violencia que se confunden con señales de amor, como los celos, el control, incluso el aislamiento, que hacen pensar a la mujer que el hombre la quiere más que a nada, aunque en realidad lo que hace es anularla poco a poco.

1397124194 Daño psicológico. El hombre no comienza a maltratar con violencia física, sino que primero «destruye» a la mujer psicológicamente. «Las mujeres aguantan porque han perdido su identidad y tienen dependencia extrema y terror a sus maltratadores», subraya la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana María Pérez del Campo. Pérez del Campo opina que muchas mujeres «aguantan» también porque saben que están solas y nadie las apoya: «ahí está la incomprensión de la sociedad».

La directora del Centro de atención, recuperación y reinserción de mujeres maltratadas de la Federación que preside Pérez del Campo se llama Fe Paz y cuenta a EFE que día a día intenta junto a su equipo recuperar a las mujeres que llegan a ese lugar «desesperanzadas» y «anuladas», tras años de palizas y vejaciones. Confirma el hecho de que el maltrato físico «es la punta del iceberg» y afirma que «es tan devastador que el hombre insulte a la mujer como que no la escuche cuando ella habla».

«No todas las mujeres llegan convencidas de haber dejado a su agresor e intentamos al principio que tomen conciencia de la situación que han estado viviendo, porque ellas normalizan el maltrato». Según datos de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, sólo el 23,8 por ciento de las asesinadas por violencia machista había denunciado.

No obstante, Paz es optimista porque el trabajo que realizan ella y su equipo da sus frutos. «El balance en el centro es positivo», subraya la directora, después de que muchas mujeres tratadas hayan conseguido empezar una nueva vida de «auténticas supervivientes».

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